El presidente de Bankia avanzó ayer que la entidad tendrá unos beneficios cercanos a los 800 millones de euros este año. José Ignacio Goirigolzarri adelantó esta cifra durante su comparecencia en la Comisión del Congreso de los Diputados que investiga la crisis financiera, el rescate bancario y la quiebra de las cajas de ahorro en España.

A preguntas del diputado de ERC Joan Capdevila sobre el tiempo que tardará la entidad en amortizar los DTA, los activos fiscales diferidos que no están asegurados por el Estado y que ascienden a 1.800 millones de euros, afirmó que «este año Bankia ganará en el entorno de 800 millones de euros» y desvelaba así una de las cifras más esperadas por los mercados y los accionistas.

El directivo se sometió a las preguntas de los portavoces parlamentarios de la Cámara Baja a los que confesó que la inyección de capital que recibió la entidad fue «acertada», al margen de que esa cantidad se recupere por completo o no. Según explicó, en el caso de la firma que ahora dirige, «no se ayudó a ningún banquero», los accionistas perdieron todo su valor y los consejeros que salieron no tuvieron «la más mínima indemnización», por lo que subrayó que «la inyección fue para rescatar a personas, que son los depositantes».

«El rescate de Bankia significó una aportación a la estabilización del sistema, y en segundo lugar rescatar a los depositantes», incidió el banquero, que adelantó que en este momento se han devuelto más de 7.000 millones de euros.

Asimismo, explicó que la solicitud del Gobierno de una línea de financiación de hasta 100.000 millones de euros a la Unión Europea «trastocó totalmente nuestros planes» de saneamiento y capitalización que había sido requerido por el Banco de España, cuyas necesidades ascendían a 19.000 millones. Un plan de recapitalización que «nunca se materializó».

Normalización. Lo que sí se materializó fue la reestructuración requerida por el regulador y que supuso cerrar más de mil oficinas, pasar de una plantilla de 20.400 a 13.600 personas o realizar desinversiones de activos no estratégicos por valor de 61.300 millones. «Hoy podemos decir que Bankia ha pasado de ser una historia de reestructuración a una historia de crecimiento», afirmó, a lo que añadió que el único paso que falta para la normalización del proyecto es la privatización. Para ello «hay que tener en cuenta la situación del mercado», porque el valor de Bankia «va a depender del precio que el mercado le ponga al sector financiero». De este modo se mostró favorable a esperar para su venta.