La región, lejos de cumplir los objetivos de la UE para 2020

L.G.E.
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Difícilmente Castilla-La Mancha podrá llegar en un año a las metas marcadas por Bruselas en abandono escolar, reducción de la pobreza o inversión en I+D

La tasa interanual de empleo tendría que crecer un 25% en un año para llegar al objetivo marcado. - Foto: Eugenio Gutiérrez Martínez

Quedan 24 horas para que termine el año. Y por lo tanto, queda solo un año y un día para que Castilla-La Mancha consiga los objetivos que la Unión Europea se marcó en su Estrategia 2020. De algunos de ellos no hay estadísticas regionales y en otros casos, los últimos datos recogidos son de hace un año, pero la mayoría de las metas están lo bastante lejos como para pensar que la región pueda cumplir ni siquiera la mitad.

La Estrategia 2020 se ideó para que los países de la Unión Europea crecieran, pero no de cualquier forma, sino de manera «inteligente, sostenible e integradora». Por eso se diseñaron unos objetivos concretos muy enfocados en la educación, la investigación, el Cambio Climático y la pobreza.

En el ámbito del empleo el objetivo establecido para 2020 marcaba un 75% de ocupación para la población entre los 20 y los 64 años. El último dato de la Encuesta de Población Activa en Castilla-La Mancha, el correspondiente al tercer trimestre de 2018, refleja que la tasa de ocupación está en el 48,85%, aunque hay que recordar que esa tasa de empleo se hace contando a la población activa a partir de los 16 años. Solo se aproxima al objetivo de la Unión Europea esa tasa entre los castellano-manchegos entre 25 y 54 años, donde hay empleo para el 72,78%. Se nota mucho que baja la media la escasa tasa de empleo de los jóvenes (un 35,73% entre 20 y 24 años) y de los mayores de 55 años, con solo un 23,12%.

Castilla-La Mancha arrojó un crecimiento interanual del 3,2%, bastante superior a la media. Pero para llegar al objetivo establecido tendría que hacerlo en un 26,15%.

Tampoco parece más sencillo lograr la meta de destinar un 3% del Producto Interior Bruto a Investigación y Desarrollo (I+D). Según datos de 2017 del Instituto Nacional de Estadística, el gasto en I+D fue de 228,4 millones de euros. El PIB de la región de ese año llegó a los 40.298 millones, así que Castilla-La Mancha invierte en I+D+i, un 0,56%. Tendría que multiplicar por seis esta apuesta por la investigación y desarrollo.

Sacando pecho en renovables. En el apartado más medioambiental de los objetivos Castilla-La Mancha puede sacar pecho. Se plantea que el 20% de la producción de energía venga de fuentes renovables. Y eso en la región está más que hecho. Según el informe de Red Eléctrica Española de 2017, Castilla-La Mancha tenía una potencia instalada de 5.860 megavatios/hora de energía renovable. Supone más del 70% del total de potencia instalada en la región y eso que tiene una central nuclear en activo. Es la región con más energía verde junto con Castilla y León.

Más complejo es saber cómo va la consecución de objetivos en otros dos indicadores medioambientales. En el tema de gases de efecto invernadero, lo suyo sería reducirlos un 20% respecto a los que había en 1990. A falta de datos regionales, España no va por buen camino. En 2016 no solo no los había reducido, sino que los había aumentado un 16%. Otro indicador busca incrementar un 20% la eficiencia energética. En el caso de Castilla-La Mancha la demanda de electricidad ha bajado un 4,7% entre los 12.568 gigavatios de 2010 y los 11.713 de 2017.

En el ámbito educativo hay una noticia mala y otra no tanto. La menos mala es que Castilla-La Mancha tiene cerca el objetivo de contar con un 40% de la población entre 30 y 34 años con estudios superiores finalizados. En concreto está en el 34%. Aquí Castilla-La Mancha podría aprobar, pero tampoco lo tiene fácil, porque la generación siguiente, la de 25 a 29 años aumenta la tasa, pero no lo suficiente. Está en un 35,3%.

La peor noticia llega con la tasa del abandono escolar, que según lo que marca Bruselas no debería superar el 10% para 2020. Aquí Castilla-La Mancha se ve abocada a suspender. En 2017 el abandono escolar entre la población de 18 a 24 años suponía el 22,1%, más del doble de lo que quiere la Unión Europea.

La parte ‘integradora’ del crecimiento que busca Bruselas tampoco parece estar al alcance de la mano. A nivel continental, se buscó reducir en 20 millones el número de personas en riesgo de pobreza o exclusión social. El problema es que en la región la cifra ha aumentado. Eran 588.413 en 2008 y según el dato de 2017, ya son 688.454.