La primera sentencia  dictada por la Audiencia Provincial de Madrid, Sección Cuarta, condenó a Enrique Olivares García, natural de Cuenca, por delitos de allanamiento de morada, secuestro, amenazas, tenencia ilícita de armas y faltas de lesiones. Ahora la Sala Segunda del Tribunal Supremo ratifica este fallo.

El Alto Tribunal considera probado que sobre las 16 horas del día 23 de octubre de 2013, el condenado accedió a la residencia habitual de la familia Bárcenas-Iglesias, en la cuarta planta del inmueble sito en la calle Príncipe de Vergara de Madrid, donde se encontraba el hijo de Bárcenas, su mujer y una trabajadora del hogar, logrando entrar mediante engaños haciéndose pasar por un sacerdote enviado por el Obispado para tratar unas gestiones por la eventual puesta en libertad del ex tesorero que se encontraba en esos momentos en prisión.

Secuestro. Una vez en el interior el impostor, tras una amena conversación, extrajo del maletín que llevaba un revolver con el que les apuntó y les pidió que le entregaran «unos dispositivos digitales de almacenamiento de información (pendrives) y de la documentación que tuvieran con el objetivo de revelar dicha información y «acabar con el Gobierno de España».

Tras retenerlos durante varias horas el hijo de Bárcenas consiguió soltarse de sus ataduras y reducir al asaltante mientras la empleada del hogar salía del mismo para pedir ayuda. Poco después la policía se presentaba en el lugar procediendo a la detención del sospechoso, ahora condenado en firme.