Mitsubishi admite que trucó la cifra de consumo de 625.000 vehículos

Agencias
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El escándalo afecta a cuatro modelos de coches comercializados en Japón, dos de la propia marca y el resto de Nissan, que fue quien destapó el fraude al advertir la diferencia de datos

 
Tras las emisiones contaminantes que colocó a  Volkswagen en el punto de mira, el escándalo salpica ahora a otro gigante del motor. Mitsubishi Motors, el sexto fabricante de automóviles de Japón, admitió ayer haber falseado datos sobre la eficiencia energética de sus minivehículos, en un caso que afecta hasta a 625.000 automóviles con el objetivo de presentar mejores tasas de consumo de combustible que las reales, explicó el presidente de la compañía, Tetsuro Aikawa, en una rueda de prensa en Tokio. 
La manipulación de las pruebas tuvo lugar mediante una modificación del presión del aire aplicada a los neumáticos, lo que repercutió en los datos sobre consumo de combustible proporcionados por la empresa a las autoridades niponas sobre cuatro clases de utilitarios(con motores inferiores a los 660 centímetros cúbicos) comercializados en el país asiático.
El escándalo afecta a cuatro modelos de minivehículos. Dos son de la propia Mitsubishi, el eK Wagon y el eK Space, mientras que los restantes (DayZ y Dayz Roox) fueron producidos para Nissan. Precisamente el fraude fue descubierto por esta última empresa, también nipona, que vio como sus datos sobre emisiones no coincidían con los de Mitsubishi. Concretamente, las cifras de Nissan mostraban que la eficiencia energética era de alrededor un 7% menor de lo que presumía Mitsubishi. Tras una investigación interna, el fabricante concluyó que se habían falsificado.
La distribuidora de Mitsubishi Motors en España aseguró que ninguno de sus modelos homologados y comercializados en el mercado nacional está afectado por los problemas de modificación de los consumos analizados en Japón.
«Queremos expresar nuestras más sinceras disculpas a todos los clientes afectados», declaró Aikawa, en una rueda de prensa conjunta con el ministro de Transporte del país asiático. «Uno de nuestros clientes, Nissan, ha descubierto las diferencias entre las cifras proporcionadas y las reales y nos pidieron que corrigiésemos nuestros valores», añadió. «Seguiremos investigando qué ha pasado y quiénes son los responsables». Asimismo, Aikawa señaló que «teniendo en cuenta la gravedad del caso», la empresa va a revisar los datos sobre consumo energético de otros modelos exportados al extranjero, cuyos procesos de prueba varían según cada legislación nacional.
 
ÉXITO EN EL MERCADO.  Mitsubishi aseguró que el problema se ha detectado en aquellos vehículos producidos desde mediados de 2013 y que está examinando si los coches vendidos fuera de Japón están afectados. Se trata de modelos pequeños, con motores de gasolina de hasta 660 centímetros cúbicos, que han tenido gran éxito en el mercado japonés, pero cuya acogida en otros países ha sido discreta. Aikawa prometió compensaciones y anunció la suspensión de la producción.
Tras conocerse el escándalo, las acciones de la empresa nipona se dejaron más de un 15% al cierre de la Bolsa de Tokio, el equivalente a unos 1.050 millones de euros, incluso antes de que la firma cuantificase el tamaño de un fraude que guarda importantes similitudes con el que salpicó el año pasado a la alemana Volkswagen. Es su mayor caída bursátil desde 2004, cuando el fabricante se encontraba al borde de la quiebra.