'Marcos' indulta a 'Carcelero' en Alba de Tormes

Leo Cortijo
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Es la primera vez que el joven le perdona la vida a un animal como novillero con picadores, pero no a lo largo de su trayectoria, pues ya lo hizo como becerrista en Ciudad Real en 2015

«El broche perfecto». Así califica Marcos su último compromiso de la temporada, que tuvo lugar el pasado domingo en la salmantina plaza de toros de Alba de Tormes. Y no es para menos, pues el joven novillero criado en la Escuela Taurina de Cuenca puso el punto y final a su año taurómaco con un indulto. Y no fue un indulto cualquiera, ya que fue el de Carcelero, un novillo de la ganadería propiedad de su familia: Garcigrande.

«Cuajar un animal de principio a fin siempre es una auténtica gozada», comenta el aspirante a torero. Así que, continúa con mucho entusiasmo, «¡imagínate uno de tu propia ganadería! Eso son palabras mayores... La verdad es que es muy especial y muy emotivo». Este es el primer indulto de su carrera como novillero con picadores, y es que como becerrista ya le perdonó la vida a un becerro de José Vázquez en el año 2015, en la clase práctica de presentación de carteles de la Feria de la Virgen del Prado de Ciudad Real.

Como novillero, Marcos cree que estuvo a la altura de un novillo «de nota altísima», y eso que «no era nada sencillo, pues con esa calidad había que rayar a un gran nivel». Como ganadero, destaca «muchas y muy buenas cualidades» en el animal, pero sobre todo «ritmo, empuje, clase y prontitud a la hora de embestir».

Este broche configura un final de temporada «mucho mejor de lo que habría podido soñar», pues este triunfo se suma a los de los últimos festejos, especialmente el de Zaragoza, «donde corté una oreja», puntualiza. Asimismo, este final «compensa» con el inicio de temporada, cuando las cosas salieron peor de lo que yo esperaba». Indistintamente, «lo último es lo que cuenta» y eso viene «genial» para afrontar el año que viene mejor.