Terminaron las clases, ¿ahora qué?

i. p. nova/ Cristina b.
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Con el final del curso universitario centenares de graduados se lanzan al mercado laboral con una titulación bajo el brazo

Terminaron las clases, ¿ahora qué? - Foto: Reyes Martínez

Durante los meses de junio y julio el campus de la Universidad de Castilla-La Mancha en Cuenca fue escenario de decenas de graduaciones de las diferentes titulaciones que se imparten en la ciudad. Jóvenes cualificados, y con muchas ganas, que se lanzan a la aventura de un mercado laboral difuso y complicado. 
Con un verano por delante para plantearse su futuro el extranjero es para algunos una de las opciones más sonadas y atractivas. Otros, no se ven lo suficientemente cualificados para poder ejercer su trabajo y creen que un máster sería su mejor opción. 
Aunque los ánimos sean escasos, esta plantilla de trabajadores altamente cualificados busca, por todos los medios y con todas sus fuerzas, un trabajo. Por el momento, las ofertas laborales que les llegan a sus manos son como becarios, sin apenas remuneración y con una duración de tres meses. 
Salen de la universidad con unos informativos que hablan de crisis y de la temida fuga de cerebros. Pero ellos quieren buscar un trabajo acorde con su titulación. Pocos son los que estarían dispuestos a trabajar en algo que no han estudiado con tal de conseguir un trabajo fijo. «No es lo mismo algo temporal, una cosilla para el verano, que verte trabajando de algo que ni has estudiado ni te gusta», explica alguno de ellos. 
Las cifras no son de color de rosa, la tasa de paro en Cuenca es del 29,13%, y su franja de edad representa al 55% de los parados a nivel nacional. Datos que ‘aprietan pero no ahogan’ a esta cantera española. Dicen estar dispuestos a salir de la provincia para poder encontrar su lugar en el mercado laboral. Renunciar a amigos, familia, y la que durante tantos años fue su casa, parece lo de menos cuando sus posibilidades laborales en la ciudad son escasas. Profesores, graduados en Bellas Artes, educadores sociales, periodistas, ingenieros, graduados en Derecho... la lista de carreras universitarias en Cuenca es amplia y muchos son los jóvenes de la provincia que se forman en la UCLM. Toda una vida en el nido que, ahora, muchos de ellos abandonan para hacer sus prácticas. 
 
Competentes. Durante los actos de graduación que les despidieron de la facultad, maestros y padrinos animaban a los alumnos a buscar un futuro mejor. Los que ahora se despiden de la facultad, recuerdan esas palabras de aliento y se calzan sus mejores zapatillas para recorrer el largo camino que les quedaba por delante hasta poder afrontar y encontrar un lugar estable en el mundo laboral al que se van a enfrentar. 
Prácticas remuneradas, trabajos de camareros, pruebas de acceso a másters... Esos son algunos de los planes a corto plazo de los recién graduados conquenses. Ahora cambiarán sus hábitos y el café les ayudará a enfrentarse al trabajo en lugar de a superar un difícil examen.
 
Alejandro canales pozuelo | derecho
Alejandro Canales Pozuelo comenzó su licenciatura en el año 2009, y desde entonces ha llevado las asignaturas al día. Aunque no era su primera opción, Alejandro reconoce sentirse bastante contento con su elección. «Iba para ciencias, pero me metí en derecho para experimentar y he descubierto que me gusta bastante», comenta. 
Eligió la facultad de la ciudad por comodidad. Como él mismo reconoce, «las raíces tiran mucho». Aunque nunca se planteó salir de la UCLM para estudiar un Erasmus o una Séneca si lo hará cuando estudie el máster que plantea hacer durante el curso 2014/15. El máster que tiene en cabeza, en Solvencia Empresarial por el CEU en Madrid, es algo que tenía claro desde que supo de su existencia. «Lo tenía muy claro, busqué varias escuelas de negocio con máster pero tenían  costes más elevados. Aunque sea una inversión ¡me parecía demasiado», argumenta.
Después de muchos años en el campus conquense, Alejandro ha echado en falta las prácticas en una carrera como la suya y la oportunidad de tener algo más de acción sin necesidad de tanta clase teórica en aspectos que no son útiles para ejercer. 
Canales, como muchos otros jóvenes de la ciudad, no está apuntado al paro y cuando termine su máster en Madrid no cree que vuelva a Cuenca ya que su rama del derecho tiene escasas salida profesional en la provincia. Mientras que sus compañeros se preparan oposiciones o buscan nuevos masters, Alejandro Canales se plantea la vida académica y seguir mejorando los idiomas. Ya que a él, por estar en el nuevo plan de estudios sí se le exige tener un determinado nivel de ingles para ejercer la abogacía. 
 
Cristian bermejo collado | magisterio. educación física
Cristian Bermejo tiene 23 años y acaba de terminar Magisterio, con mención especial en Educación Física. Ahora se plantea seguir estudiando y poder sacarse las oposiciones a maestro, opción que ve como la «más segura». Aunque reconoce que en la universidad no le han hablado de otras posibilidades.
«Tengo pensado opositar fuera de Castilla-La Mancha, pero son cosas que estoy mirando por mi cuenta, desde la universidad no me han guiado en nada», explica el graduado. 
Ya ha cotizado en la Seguridad Social pero nunca ejerciendo de nada que se le parezca a su carrera universitaria. Cristian trabajó en una perfumería y de camarero, y su experiencia más cercana a los niños fue en un comedor escolar.
Los idiomas, una de las asignaturas pendientes de los universitarios españoles, está en la lista de objetivos de los graduados en magisterio. «Nos exigían un nivel mínimo para tener la carrera, dicen que ahora van a pedir más pero yo no se si ir más allá de este nivel (B1) porque no me gusta», se excusa. 
 
benito díaz barrera | periodismo
Como buen periodista Benito tiene las ideas claras. «No quiero hacer ningún máster y el dinero que cuesta lo invertiré en hacer un viaje por Sudamérica y cubrir buenas historias que encuentre por allí durante un año o seis meses», adelanta. Una aventura trepidante con la que ya se ha puesto manos a la obra intentando contactar con medios que pudieran comprar sus noticias.
Su iniciativa viajera es un adelanto de todo lo que estaría dispuesto a sacrificar por ejercer la profesión a la que ya se dedica desde su blog y con un programa de radio en una dial local. 
«Estudié francés e ingles, se hablar valenciano y me gustaría aprender árabe. Pero la oferta en las academias conquenses no es muy amplia y no he encontrado nada que satisfaga mis necesidades», explica el periodista. Benito confía en que un nivel de árabe le pueda servir en su labor profesional. 
Ahora que realiza sus primeros con el mundo laboral, Benito recomienda, a los alumnos que entran por la puerta de la facultad, que se preparen haciendo contactos desde el primer día, «porque es de lo que van a vivir al final».  Con su proyecto de América Latina, Benito deja claro que sí cree en la palabra ‘emprendedor’. «Espero conseguirlo, el sueño se plantea como una experiencia de crowfounding. Creo que el periodismo es una carrera que obliga a emprender, muchos de mis compañeros lo hacen ya» 
A pesar de todos esos grandes proyectos, sí estaría dispuesto a renunciar a ellos por un puesto de trabajo «remunerado» en su ciudad. Además de recién graduado es técnico superior de imagen y se plantea seguir con la formación.
 
david moya peral | educación social
David se plantea quedarse en Cuenca, aunque la salida profesional que ve más cercana no es precisamente la de educador social. «Quiero hacer las oposiciones para policía y guardia civil», comenta.
Ahora mismo, actualiza su curriculum e intenta encontrar algo de trabajo enfocado a sus estudios. El extranjero no pinta a muchos kilómetros para este conquense, que por las noches trabaja de dj y camarero. Reconoce que de hacer oposiciones fuera de Cuenca se iría al extranjero. «¡Esto se me ha quedado pequeño y preferiría buscar algo fuera a quedarme aquí!». 
Uno de los planes a corto plazo de David es estudiar inglés e ir más allá del nivel que tiene ahora (un intermedio por la universidad de Castilla-La Mancha). 
Aunque estudio Educación Social, carrera que califica de «altruista», David está dispuesto a pasar sus días trabajando en algo que no sea de lo que ha estudiado. Para David, «las cosas están demasiado difíciles» como para renunciar a un buen sueldo.
 
eva torrero culebras | bellas artes
Eva tiene 24 años y es de Cuenca. Tras acabar su licenciatura de Bellas Artes está a la espera de ser aceptada en un máster.
Reconoce que no quiere ser artista, «no es una opción que yo quiero para mí, me resulta bastante difícil. El arte no está valorado o eres muy bueno...o es complicado». Su opción, desde que entró en la carrera el primera día, está enfocada al diseño y a la ilustración. Un mundo con muchas salidas laborales que reconoce resultarle muy apasionante. 
Ahora, está trabajando con una beca de la facultad en el diseño de los paneles del museo etnográfico de Huete. «Intento buscar trabajo para  este verano. Para el próximo curso académico me planteo seguir con el máster que organiza la Casa de la Moneda, se que es bastante complicado y está bastante reñido», relata. 
Según explica, se plantea seguir con sus estudios por dos razones: la primera de ellas es que no se siente lo suficientemente preparada para afrontar un mundo laboral, que para colmo, no tiene mucho futuro en Cuenca. Su segunda baza a favor de este máster es que es casi todo becado, un lujo teniendo en cuenta lo caro que suele resultar estudiar este tipo de formaciones extracurriculares.
«No soy el tipo de persona que aceptaría un trabajo con un salario normal si con ello tuviese que realizar en algo que me gusta. Si este verano consigo un trabajo ya puede ser muy bueno y que sea lo que yo quiero, en cualquier otra opción haría el máster», argumenta la licenciada en Bellas Artes.
A Eva Torrero lo que no le importaría sería buscar su futuro laboral en el extranjero. Lo ve una opción con mucho futuro ya que considera que en España no se hace nada para que los estudiantes se queden, «mi carrera está mucho mejor valorada en el extranjero». Esa idea la tiene clara gracias a un año que realizó de Erasmus en el extranjero. Una buena experiencia que si el trabajo no llama a su puerta, estaría dispuesta «sin duda» a repetir.