Vacas cuidadas, mejor leche, solución infalible

SPC
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No todas las leches son iguales, por eso el cuidado de las reses tiene un impacto directo en la calidad final del producto

Que la leche es un alimento imprescindible en nuestra alimentación es algo que está fuera de toda duda. Este producto y los derivados lácteos constituyen el principal aporte de calcio en la dieta de cualquier persona y supone también una fuente de proteínas de alta calidad y de cantidades importantes de vitamina D, además de otros muchos nutrientes esenciales para nuestro organismo. Pero no todas las leches son iguales. Pueden parecerlo por fuera pero no lo son. Sus propiedades dependen de cómo se trate este alimento desde su origen, la vaca, y durante toda la cadena de valor. Y es que a vacas mejor cuidadas, mejor leche. Es una ecuación infalible. 

Así, una leche obtenida mediante un proceso cuidado, y controlando todos los parámetros que pueden afectarla, es clave para obtener una leche de alta calidad. Y ahí entran en juego tres momentos fundamentales que influyen directamente en su calidad nutricional: el estado de las vacas productoras en las ganaderías, el transporte de la leche hasta la planta y el envasado. No hay duda de que vacas bien cuidadas desde el punto de vista de su alimentación, sanidad y condiciones de vida van a producir más y mejor leche, con menos problemas de salud, con mayor eficiencia productiva y con un menor impacto medioambiental.

Pero, ¿cómo y quién determina que unas vacas están siendo bien cuidadas? Tienen que ser expertos externos como es el caso de AENOR y su certificado Conform de Bienestar Animal, el único certificado de este tipo que existe en España y que garantiza las condiciones de vida de los animales de granja, en este caso del ganado vacuno según los requisitos establecidos en Welfare Quality®. El certificado solo se expide tras una auditoría exhaustiva en todas las fases de producción y la máxima información y transparencia al consumidor. En nuestro país, Calidad Pascual es el único gran fabricante con esta exigente distinción, lo que significa que toda la Leche Pascual es 100 por 100 bienestar animal. 

En concreto, la auditoría para obtener el certificado implica superar un examen centrado en cuatro grandes bloques como son una buena alimentación de los animales, un buen alojamiento, buena salud y comportamiento apropiado de las vacas. En primer lugar, se exige a las ganaderías unas instalaciones adecuadas para el alojamiento del ganado, para el descanso y la protección frente a las inclemencias del tiempo. También deben demostrar un acceso adecuado a la comida y bebida para todos los animales de la granja. Y, por supuesto, es necesario respetar unos requisitos de higiene tanto en los animales, como en el manejo de los mismos. De esta manera, los animales tienen que estar en unas condiciones de salud adecuadas, con protocolos de control y prevención de enfermedades y bajo supervisión veterinaria. En el caso de Pascual, la empresa cuenta con un equipo técnico de veterinarios, ingenieros agrónomos y de laboratorio a disposición de todos los ganaderos. «Acompañamos y asesoramos a nuestros ganaderos creando relaciones de larga duración. El 80 por ciento de ellos llevan trabajando con nosotros más de 15 años», indica Félix Díez, responsable de Bienestar Animal de Calidad Pascual.

Las exigencias para obtener el certificado no acaban ahí. Las explotaciones están obligadas a permitir un comportamiento normal de sus vacas y una interrelación correcta con el personal que se encarga de ellas. «Tienen que ser vacas felices. Nosotros no hacemos leche, la leche la hacen nuestras vacas, por tanto, nuestro trabajo es dar lo mejor en cada parte del proceso para asegurar que llegue nuestra mejor leche a las familias», explica Díez.

Pilar estratégico. La compañía ha situado la política activa de bienestar animal como uno de sus pilares estratégicos, ya que considera este asunto algo indispensable para completar una oferta diferencial en toda la cadena láctea de valor. «Nuestro compromiso es ofrecer productos saludables y de la máxima calidad y por ello garantizamos que toda la Leche Pascual procede de ganaderos españoles certificados en bienestar animal y bajo contrato estable con el sello Productos Lácteos Sostenibles. Ahora los consumidores podrán escoger en supermercado entre leche de bienestar animal, Leche Pascual, y otras leches», señala Díez.

Pero hay más. Otro de los secretos de Pascual para conseguir un producto de alta calidad es recoger la leche cada día para asegurar así su mayor grado de frescura. Y para que no pierda sus propiedades, la empresa la envasa poco tiempo después del ordeño de los animales. Además, ha cambiado los envases de su leche clásica por otros con un sistema de apertura en un solo paso, fruto de la escucha activa a sus consumidores. 

La leche es un producto natural para el que la normativa permite muy pocas modificaciones. Se trata de un alimento muy regulado, puesto que ocupa un lugar muy importante en la alimentación. Por eso, Pascual asegura que la compañía triplica los controles que exige la ley para garantizar la máxima calidad. Según afirman, eso está en el ADN de la empresa desde que su fundador estableció como máxima un lema que tienen interiorizado los trabajadores: «Nunca comprometáis la calidad», solía decir. 

Así que aunque todas sean blancas no todas las leches, ni mucho menos, son iguales. Cuidar con esmero todas las fases del proceso ayuda a conseguir una leche de excelente calidad. Así que, ya lo sabe, hay leches... y leche de bienestar animal garantizado.