En la semana del derbi de la capital en el Santiago Bernabéu ante el Atlético, que siempre marca a corto plazo al equipo perdedor, el nuevo Real Madrid de Julen Lopetegui llega con un estigma que lo deja señalado: en los duelos de altura que hasta la fecha ha jugado, ha sido incapaz de ganar.

Sin Zidane al mando ni Cristiano como referente goleador, había que esperar a medir al conjunto merengue en los grandes enfrentamientos. Así, su inicio liguero no podía dar la justa medida del bloque, al recibir en casa a rivales, a priori, más asequibles como Getafe (2-0) y Leganés (4-1), que ‘solo’ ayudaron a ganar autoestima y asentar nuevos métodos, y con una salida que invitó al optimismo, Girona (1-4), por ser un estadio, Montilivi, donde el pasado curso se dejó la peor imagen que se recordaba de la exitosa ‘era Zidane’.

Unas victorias, sin embargo, que sirvieron para hacer olvidar el primer gran traspiés del proyecto blanco. Condicionado por una pretemporada atípica tras el Mundial, el combinado madridista encaró la Supercopa de Europa y salió derrotado del primer enfrentamiento de altos vuelos. Un Atlético más rodado se benefició de dos errores puntuales defensivos para dar la vuelta a la cita de Tallin, pasando por encima del conjunto blanco en la prórroga. Parecía, no obstante, demasiado pronto para sacar conclusiones. 

Así, para calibrar el estado de la escuadra blanca, además de la primera jornada de Champions, las salidas a San Mamés y al Sánchez Pizjuán se presentaban como las ocasiones propicias. En Bilbao, la buena imagen dejada no le dio para ganar. El empate a uno significaba los primeros puntos dejados en el camino.

El batacazo llegó en Sevilla, con un equipo que perdió las señas de identidad que iba adquiriendo con el trabajo de su nuevo entrenador, que vivió en el estadio hispalense su día más gris del curso. 

Por suerte para el Madrid, el fútbol presenta con rapidez la opción de revancha y el examen para recuperarse en partidos grandes llega mañana con la visita del Atlético al Bernabéu. Un enfrentamiento que gana aún más si cabe en trascendencia para el cuadro local, pese a que se mantiene en el coliderato liguero gracias al bache del Barcelona, pero que debe cambiar su dinámica  en las citas de envergadura.