Eduardo Mínguez:«Los drones ofrecen muchas posibilidades»

Pepe Monreal
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El manejo profesional de este tipo de aparatos tripulados a distancia, requiere la obtención de un título en la Academia Oficial del aeródromo de Cuatro Vientos

Eduardo es un joven conquense con iniciativa y ganas de salir adelante «a base de empeño y de generar empleo por mi cuenta, ya que el panorama actual no ofrece demasiadas oportunidades», dice este licenciado en Telecomunicaciones, que un buen día empezó a interesarse por los drones, «y al ver sus múltiples aplicaciones decidí emprender esta aventura empresarial en la que, de momento estamos mi socio y yo. Hace tan sólo un mes que iniciamos el camino y, de momento, ya han surgido varios trabajos, con lo cual esto parece que marcha bien».
¿Qué es un Dron? 
Para definirlo de manera sencilla, podríamos decir que un dron es un tipo de vehículo aéreo no tripulado, similar a los aparatos de aeromodelismo pero con características diferentes y con muchas más aplicaciones, de ahí que me interesara por ellos hace ya más de un año y decidiera tratar de sacarles partido.
¿Es necesaria una licencia para manejar este tipo aparatos?
Si se hace con fines laborales, es necesaria una licencia que se obtiene tras la realización de un curso en una academia especializada, dependiente de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea. Yo lo hice en la de Cuatro Vientos y eso me permite ‘pilotar’ drones y trabajar con ellos y creo que soy el primero en Cuenca con esta titulación, y estar dado de alta como empresa.
¿Qué aplicaciones tienen los drones?
Muchas y muy interesantes, a todos los niveles, entre ellas la de este trabajo que estamos haciendo ahora sobre los campos de golf, trabajo que nos han encargado, para que volemos sobre ellos, tomemos imágenes  y estas se puedan colgar en la red para que ofrecer una imagen total del campo y así el jugador pueda decidir a cual ir a practicar o a disputar un torneo. Esta es una de las aplicaciones, pero hay miles de posibilidades más.
¿Es complicado el manejo de estos aparatos?
Depende de las características del mismo, pero en definitiva no es complicado, bien sea de tipo control remoto o con programa informático. En este momento tenemos en la empresa cuatro drones, de diferentes tamaños, para que soporten el peso de las cámaras. Hemos empezado con cuatro modelos, pero no descarto ir comprando más dependiendo del volumen de trabajo que vaya surgiendo, o incluso tal vez algún día atrevernos a hacer nuestros propios aparatos. De momento yo estoy centrado en el trabajo audiovisual y mi socio en aplicaciones para arquitectura. Este es el principio y por los que vamos viendo el futuro es esperanzador. 
¿Sirven para espiar…?
Sobre este aspecto hay mucho mito y desinformación, tal vez por desconocimiento y por lo que se ve en televisión. La realidad es mucho más sencilla, porque como aplicación, puede valer para todo lo que se desee, igual que otras muchas cosas que en sí mismas no constituyen peligro alguno y pueden ser peligrosas dependiendo de quién y cómo las maneje. Nosotros, y otras empresas, trabajamos por encargo y bajo control de nuestra licencia, porque de lo contrario, lo único que nos podría ocurrir es meternos en problemas, como el caso de los ‘aficionados’ y quienes vuelen drones sin licencia.