Cumplió con la tradición. La presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal, visitó ayer la capital conquense llevando a cabo una de las costumbres más arraigadas en la ciudad el Viernes de Dolores: besar el manto de la patrona de la provincia, la Virgen de las Angustias.
Cospedal llegó a Cuenca pasado el mediodía para conocer cómo viven los conquenses los días previos a la Semana Santa y, de camino, participar en algunos de los actos populares que se llevan a cabo.
La primera parada de su visita fue el santuario de las Angustias. Como muchos devotos, la presidenta regional subió a pie hasta el templo acompañada del consejero de Educación, Cultura y Deportes, Marcial Marín; del delegado de la Junta en Cuenca, Rogelio Pardo; del presidente de la Diputación Provincial, Benjamín Prieto; del subdelegado del Gobierno en la provincia, Ángel Mariscal, así como diputados provinciales y representantes del Grupo Municipal Popular en el Ayuntamiento de Cuenca.
- Foto: Reyes Martínez Durante el recorrido, algunos conquenses mostraron su afecto a la presidenta regional, quien también recibió las felicitaciones de aquellos que se acordaban de que ayer viernes, de Dolores, celebraba su día.
Cospedal fue recibida a las puertas del santuario por el obispo de Cuenca, José María Yanguas, y el presidente de la Junta de Cofradías, Jorge Sánchez Albendea, quienes también la felicitaron.
Todos junto pasaron al interior del templo -que a esa hora de la mañana se encontraba lleno de fieles-, mientras los alumnos del colegio Santa María de la Expectación entonaban algunos cánticos relacionados con la Semana Santa.
- Foto: Reyes Martínez Ya en el interior, la responsable del Ejecutivo autonómico cumplió con la tradición de besar el manto de la patrona de la provincia. Y además firmó enel libro de visitas de la sacristía.
La segunda parada tuvo lugar en la iglesia de San Andrés. Tras abandonar en coche el santuario entre fuertes medidas de seguridad, la presidenta regional se desplazó a la iglesia bajo la advocación del apóstol. Allí fue recibida por los hermanos de la Virgen de la Esperanza, entre los que se encontraba Eduardo Ladrón de Guevara, quien mostró a Cospedal el nuevo manto de la sagrada titular. Tras alabar la belleza y ensalzar el bordado, Cospedal posó junto a la imagen y los hermanos presentes.
La presidenta terminó su visita en el Museo de la Semana Santa, donde visitó la exposición colectiva Cuenca, Arte en la Pasión y recibió como regalo la publicación que edita la Junta de Cofradías.