La tradición se impone a las ideas

Manuel Pérez
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El Cabildo entregó ayer al concejal de Izquierda Unida, Pablo García, el pendón con el que Alfonso VIII entró en la ciudad en 1177

El capellán mayor, Miguel Ángel Albares, entrega al edil más joven, Pablo García (IU), el pendón de Alfonso VIII. - Foto: Reyes Martínez

 
Los dos emblemas que dejó Alfonso VIII en Cuenca tras su reconquista, la insignia militar con la que entró en la ciudad el 21 de septiembre de 1177 y la imagen de la Virgen del Sagrario -que lo acompañaba en el campo de batalla-, fueron ayer, 838 años después de la gesta del monarca, los protagonistas del acto del traspaso del pendón por parte del Cabildo catedralicio a la Corporación municipal.
El acto de entrega comenzó pasada las cuatro y cuarto de la tarde con el desfile desde los arcos del Ayuntamiento hasta la catedral. Aunque los cargos que participan en él son siempre los mismos, las elecciones municipales del pasado 25 de mayo cambiaron sus nombres. Así, presidido por el nuevo alcalde, Ángel Mariscal, este año tomaron parte en el cortejo los ediles Elsa Jiménez, Julián Huete, Pedro José García Hidalgo, Carlos Navarro, Gracia Pérez y José María Martínez, por parte del Partido Popular; María Jesús Gómez, Jesús Neira, Nieves Mohorte, Víctor Manuel Alijas, Susana de los Santos y José Ignacio Benito, por parte del PSOE; María Jesús Amores, Antonio Carrasco y Antonio Calvo, por parte de Ciudadanos; y Pablo García, por parte de IU. Precisamente éste último, en su condición de edil más joven -tiene 28 años-, fue el coprotagonista de la jornada al ser el encargado de portar el pendón.
 
La ceremonia.  La ceremonia cívico-religiosa tuvo lugar en el altar mayor de la catedral, delante de las tallas de San Mateo de José Antonio Jiménez Langa y de la Virgen del Rosario. 
Sin cambios sustanciales respecto al acto instaurado en 1581 -hay que apuntar que originariamente recogía el pendón el cargo  público de mayor edad y ahora lo hace el de menor-, el secretario capitular, Ildefonso Martínez, procedió a preguntar a Pablo García si prometía pleitesía y homenaje a la enseña de la ciudad de Cuenca, así como devolverla en la jornada de hoy según la costumbre y tradición. A lo que el edil de Izquierda Unida respondía un «Sí, prometo». 
A continuación, el capellán mayor, Miguel Ángel Albares, ofreció el pendón a García a las palabras de: «Os entrego la enseña con la que se ganó esta ciudad, para llevarla en procesión hasta la Casa Consistorial. Y la devolveréis mañana por la mañana según costumbre y tradición». Que eran contestadas por parte del joven concejal con un: «Prometo devolverla, pues con ese fin la recibo».  
Tras la bendición de Albares, el cabildo acompañó al edil y los miembros de la Corporación hasta las puertas del templo, donde los esperaba la Banda Municipal para interpretar el himno de España.
Ante la atenta mirada de los cientos de conquenses que aguardaban en la Plaza Mayor para presenciar el traslado, el portador, flanqueado por dos maceros, emprendió el camino de retorno al Ayuntamiento en un desfile que volvió a contar con la participación de la Corporación, representantes de las peñas mateas y miembros del grupo de recreación histórica Conca.
La ceremonia concluyó con el ofrecimiento de la insignia militar de Alfonso VIII a los conquenses desde el balcón consistorial por parte del concejal de IU, que entonó vivas a Alfonso VIII, a Cuenca y a las fiestas de San Mateo, mientras que desde la plaza un espontáneo le recordaba a viva voz su ideología comunista.
La insignia real pasó la noche bajo llave en la casa de todos los conquenses a la espera de que esta mañana, a las diez y cuarto, sea devuelta al Cabildo, que la custodia y exhibe durante todo el año en la capilla de San Mateo.
El programa para hoy prevé además una misa a las diez y media y una ofrenda floral frente a la estatua de Alfonso VIII.