Defienden la tauromaquia como «escuela de valores»

Pedro Belmonte
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Miguel Ángel Moncholi, Javier López Galiacho, Muriel Feiner, Pedro Javier Cáceres y Andrés Amorós abordaron diferentes aspectos del toreo «como manifestación cultural»

Puntual comenzó la primera de las tres mesas redondas que se sucedieron ayer en el Teatro Circo, y a las 9,30 en punto, el moderador del primer tema del día y del Congreso, La Tauromaquia, manifestación cultural.

El periodista y profesor Miguel Ángel Moncholi comenzó haciéndose eco del libro publicado hace pocos años por el filósofo francés Francis Wolff en el que expone 50 razones para defender la corrida de toros, continuando con la presentación de cada uno de los componentes de la mesa, en la que hubo la ausencia del empresario Simón Casas, que no pudo asistir por motivos personales.

El primero en intervenir fue el albacetense Javier López Galiacho, Doctor en Derecho y profesor en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, además de escritor y presidente de los Amigos de los Teatros de España, quien se mostró muy ilusionado de estar hablando de toros en este emblemático lugar, el Teatro Circo, recordando que apenas 20 años antes se encontraba abandonado y lleno de ratas, haciendo un breve relato de su restauración e historia. Calificó la tauromaquia como una escuela de valores, añadiendo que habría que llevarla a las escuelas y que los niños la conociesen como algo sustancial de su historia y su vida, ya que actualmente se ha perdido el partido contra los medios de comunicación generalistas. Según Galiacho, la tauromaquia enseña a perder, humildad y ayuda a tomar decisiones rápidas y valientes, finalizando con la afirmación de que el torero es el último héroe romántico de la sociedad.

La escritora, periodista y fotógrafa norteamericana Muriel Feiner se mostró muy partidaria de que por fin los toros estuviesen en Cultura y no en Interior, recordando el impacto positivo que tuvo cuando asistió por primera vez a una corrida de toros en su primera visita a nuestro país siendo estudiante. Feiner señaló que en Estados Unidos también se celebran espectáculos taurinos, aunque sin muerte, aclarando que existen siete plazas de toros en el estado de California y una más en Texas, destacando la pasión con la que se vive la afición a los toros en ese país tan distinto al nuestro, destacando que los valores de la fiesta son comparables a cualquier otro arte en el mundo. Finalizó su intervención señalando que la fiesta ha de defenderse entre todos, pero unidos, en la unión está la fuerza.

entendimiento. El periodista Pedro Javier Cáceres comenzó recordando que el día anterior, en la inauguración del Congreso se había producido la boda entre el Ministerio de Cultura y los toros, esperando que este matrimonio sea de entendimiento y no acabe en divorcio. Calificó la fiesta «como un enfermo al que solo se le aplican paliativos».

Cerro el turno de intervenciones el catedrático y crítico taurino Andrés Amorós, destacando el valor ecológico, económico y cultural de la fiesta de los toros. Analizó como muchas fiestas se vendrían abajo si no se celebrasen toros en ellas, imaginando San Fermín o San Isidro sin toros, tal y como ha ocurrido con la semana grande de San Sebastián. Afirmó que el toro no va unido a la política ni a las clases sociales porque es del pueblo, finalizando con la frase de Rafael Alberti que definió la tauromaquia como «ese toro que tiene en las venas metido mi gente».