Un final amargo deja sin premio la entrega del Ciudad Encantada ante el BM Benidorm (24-27)

Héctor Madrigal
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El equipo de Lidio, con las fuerzas justas, se vino abajo en los instantes críticos del duelo y desaprovechó una renta de cuatro goles ante los alicantinos, que le dieron la vuelta al marcador gracias a la valiosa aportación de Dídac y Cuartero

Los jugadores del Ciudad Encantada se retiraron cabizbajos de la cancha tras la derrota ante el BM Benidorm. - Foto: Reyes Martí­nez

El barco del Ciudad Encantada continúa a la deriva pese al esfuerzo titánico de sus jugadores. Otro final amargo dejó sin premio a los hombres de Lidio Jiménez ante el BM Benidorm, más frescos y bien conducidos por Dídac y Cuartero en los instantes críticos del duelo. 
 
La intensidad y el equilibrio marcaron el inicio del encuentro. Desde los primeros segundos, Leo Renaud, muy motivado, asumió las riendas en ataque y dio alas al GlobalCaja, que tuvo que sacar fuerzas de flaqueza sin David Mendoza.
 
Con dos goles en apenas dos minutos, el lateral francés (2-1) llevó en volandas a su equipo, aunque una gran jugada individual de Grau niveló una contienda vibrante. Sin tregua, los conquenses contuvieron el ímpetu de los alicantinos (3-3) gracias al talento de Balaguer.
 
La exclusión de Frade y la irrupción de un letal Cuartero tampoco amedrentaron a los locales, muy efectivos en el lanzamiento (5-4). Sin embargo, los blanquiazules dieron un paso adelante y cambiaron el decorado en un suspiro. David Jiménez, el veterano Óscar Río y Porras firmaron un parcial de 0-3 que obligó a Lidio a parar el choque para calmar los ánimos (5-7).
 
Lejos de venirse abajo, el Ciudad Encantada tiró de orgullo. El sevillano Jorge Oliva comenzó a hacerse grande en la portería y transmitió confianza a sus compañeros. Un tanto de Leo, el mejor del primer acto, y otro del joven Marchán equilibraron, de nuevo, el envite (7-7).
 
Desde la defensa, ambos conjuntos trataron de abrir brecha en el electrónico e imponer su dominio, pero los errores y las imprecisiones dejaron el partido abierto hasta que apareció el gran arma de los de Cuenca: el contraataque (13-11). Antes del descanso, el lateral ruso Chernov mantuvo con vida a los alicantinos (13-12).
 
Ilusión y decepción. Los primeros compases del segundo acto no resultaron esperanzadores para los castellano-manchegos, que se quedaron en inferioridad tras la segunda exclusión de Renaud. Con el aire a favor de los visitantes, Cuartero perdonó desde los siete metros e insufló oxígeno a un Gobalcaja que marcó su territorio (14-12).
 
La férrea defensa de los locales nubló las ideas de los hombres de Latorre durante más de cinco minutos. Los conquenses exhibieron su mejor versión (16-13) y desarmaron a su oponente (18-14) pese a jugar en inferioridad. 
 
Un penalti de Leo y la fuerza de Sau sostuvieron a los de Cuenca (21-18). Pero los guerreros de Lidio, demasiado ansiosos, se quedaron sin fuerzas. Las pérdidas de balón, varias exclusiones polémicas y la valiosa aportación de Dídac y Cuartero, autor de nueve goles, provocaron la desesperación del público de El Sargal. Un desenlace cruel.
 
Lidio: «Nos dejamos el corazón, pero hay que ser más inteligentes»
El técnico del Ciudad Encantada, Lidio Jiménez, lamentó la derrota cosechada por sus pupilos a manos de un Benidorm más entero a nivel físico: «Controlamos el partido hasta el minuto 50 e incluso tuvimos opciones de irnos de cuatro. Al final, acusamos el cansancio. Nos dejamos el corazón en la pista, pero hay que ser más inteligentes y no arriesgar tanto».
 
Asimismo, el míster de los conquenses reconoció que el equipo necesita un revulsivo ante la falta de rotaciones del GlobalCaja. «Nos falta un jugador de primera línea, pero todos conocemos la situación económica del club. Hay que sacar esto adelante entre todos», aseveró.