Acudir a orar a la Meca por lo menos una vez a lo largo de la vida, siempre que las circunstancias lo permitan. Ese es el mandató que estableció el profeta Alá en el Corán, y a él se someten los dos millones de musulmanes que comenzaron ayer la peregrinación anual a la ciudad santa. Para ellos supone el cumplimiento de este pilar básico del islam que todo fiel tiene que llevar a cabo, si sus condiciones físicas y económicas así lo hacen posible.

Los peregrinos locales tienen de plazo hasta hoy para llegar a la capital saudí, mientras que los procedentes del exterior tuvieron que hacerlo antes del pasado jueves. Por ello, dada esa enorme afluencia, las autoridades del país para las Estadísticas no anunciará hasta hoy la cifra definitiva de fieles llegados de todas partes del mundo para participar en el hach (peregrinación), para el que las instituciones del reino ponen en marcha un amplio plan de seguridad y logístico.