Draghi arremete contra la presión de Alemania

Agencias
-

El banquero italiano defiende la independencia del BCE y mantiene los tipos de interés en el 0%

 
El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, dedicó ayer la mayor parte de su intervención en la rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo de Gobierno de la entidad -que mantuvo los tipos en el 0% y comenzará a comprar deuda corporativa en junio-, a defender la eficacia de las medidas del banco, cargando con dureza contra los críticos de su actuación y advirtiendo de que cuestionar su independencia puede demorar el efecto de los estímulos y obligar a adoptar nuevas medidas. 
«Obedecemos la ley, no a los políticos. Somos independientes», afirmó el banquero italiano al comienzo de la ronda de preguntas en una clara referencia a las recientes críticas vertidas por el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schaeuble, quien incluso acusó a las políticas del BCE de alentar el surgimiento de movimientos populistas como el AfD. 
«Algunas críticas pueden poner en peligro la independencia del BCE y frenar la inversión de las empresas. Somos independientes, pero cada vez que la credibilidad de un banco central se pone en duda los resultados se retrasan y es necesario tomar más medidas expansivas», subrayó Draghi. En este sentido, el economista indicó que los miembros del Consejo de Gobierno habían sido «unánimes» al declarar «la independencia» de la institución, recordando que el mandato del BCE consiste en buscar la estabilidad de precios para los 19 países del euro, no únicamente pensando en Alemania. 
«Nuestras políticas están funcionando, pero necesitan tiempo», insistió el presidente del BCE, añadiendo que las medidas adoptadas por la entidad son semejantes a las tomadas por otras jurisdicciones relevantes y advirtiendo de que «si fueran acompañadas de reformas estructurales darían resultado antes». 
De hecho, el presidente del supervisor europeo no dudó en afirmar que «la política monetaria ha sido la única durante los últimos cuatro años en apoyo del crecimiento», criticando así la falta de iniciativa de Gobiernos y otras instituciones a los que volvió a reclamar medidas en favor de la recuperación. 
En este sentido, aseguró que sin la intervención del BCE el crecimiento de la zona euro entre 2016 y 2018 sería 1,6 puntos porcentuales inferior, mientras la tasa de inflación sería negativa este año y medio punto menos en los dos próximos años. 
Así, Draghi recordó que son necesarias medidas fiscales adecuadas, incluyendo impuestos más bajos, un déficit corriente inferior y más inversión pública. 
 «Los tipos de interés bajos son un síntoma del bajo crecimiento, así que si queremos retornar a tipos más altos necesitamos más crecimiento. Es una condición previa», añadió Draghi. 
 
REFINANCIACIÓN. Por otro lado, el líder del regulador comunitario avanzó que la entidad acometerá en junio la primera de las nuevas operaciones de la refinanciación a muy largo plazo, a cuatro años, además que también comenzará a adquirir deuda corporativa.
El banquero explicó que va a comprar bonos emitidos por empresas que no sean bancos, incluidas compañías aseguradoras, con grado de inversión y con un vencimiento a 30 años. 
La institución comenzó a ampliar las compras de deuda pública y privada de la zona del euro hasta 80.000 millones de euros mensuales, como decidió el Consejo de Gobierno en marzo. 
La entidad monetaria llevará a cabo estas operaciones de compra hasta el primer trimestre de 2017 como mínimo.