El Ayuntamiento de El Picazo es el dueño desde hace aproximadamente un mes de la antigua central hidroeléctrica. El equipo de Gobierno, presidido por Ángel Javier Martínez, ha conseguido tras varios años de negociaciones con la antigua empresa propietaria, Iberdrola, hacerse con el histórico edificio, un transformador eléctrico y el terreno contiguo, en el interior mismo del casco urbano. Los edificios del complejo, ubicados en la denominada Casa de la Pradera, tienen un total de 400 metros cuadrados.
En realidad, la adquisición de uno de los lugares emblemáticos de la localidad es la primera piedra para un proyecto de dinamización turística. «La idea es construir un museo en una de las naves y en la otra hacer un auditorio público», explicó el alcalde, que desveló que tras tres años y medio de negociaciones y «dedicación exclusiva», el complejo ya es del municipio. «Nos ha costado mucho hacernos con ella», dijo, y añadió que «se han portado bien con nosotros. Finalmente hemos tenido que aportar 20.000 euros. Ya lo tenemos escriturado».
Ayudas. El alcalde se ha puesto en contacto en las últimas fechas con varias administraciones públicas (Junta de Comunidades y Confederación Hidrográfica del Júcar) para solicitar fondos y ayudas con los que iniciar la recuperación de un lugar en serio abandono y deterioro. Sin embargo, tal y como indicó el edil, el Consistorio picaceño sólo ha recibido respuesta por el momento de la Diputación Provincial. Tanto es así, que el edil se reúne hoy con el presidente de la institución, Benjamín Prieto, para abordar el asunto. «La Diputación nos ha apoyado bastante en este proyecto. A ver si podemos hacer una primera inversión para poder sanear el edificio. El tejado está en malas condiciones y hay que actuar en la cubierta para que no vaya a peor», expuso el alcalde picaceño.
El proyecto se dividiría en dos fases. En la primera se actuaría en la central hidroeléctrica y en la segunda se acometerían las mejoras del entorno, la presa, paseos fluviales y alrededores del río Júcar. «La central está en un lugar muy estratégico, justo al lado del río y en el mismo pueblo. Son edificios en ruinas que queremos recuperar y aprovecharlos para el turismo». En ese sentido, Martínez apuntó que la segunda fase permitiría recuperar la antigua presa. «Ahora mismo hay mucha vegetación encima y el aspecto es muy ruinoso».
Además, el proyecto contempla un embarcadero en la parte alta de la presa, que permitiría la práctica de piragüismo.
El fin de este proyecto es hacer de El Picazo un lugar de visita obligada, aprovechando su patrimonio histórico, y acondicionando el entorno fluvial del río Júcar. Esta población de cerca de 750 vecinos, dedicada históricamente a la agricultura, podría recuperar las visitas que antaño hacían los vecinos de la comarca, en época estival, para refrescarse en las aguas del Júcar. «Hoy en día los vecinos no pueden vivir de la agricultura. En El Picazo quedarán como mucho 10 agricultores, cuando antes todo el mundo vivía de ella», explicó Martínez.