Algunos salían al escenario con chupet;e otros, en su hora de la siesta, cabeceaban sobre sus sillones interpretando a la perfección la frase «dormir como los ángeles». Ayer, la residencia de mayores Sagrado Corazón bajó su media de edad gracias a la representación del tradicional Belén Viviente que interpretan cada año los niños de la Guardería Provincial.

Nada más comenzar la actuación uno de los ángeles hizo un Pastora Soler. Con los nervios del directo comenzó a llorar y necesitó de los brazos de su madre para poder calmarse. Pero no todos los pequeños tuvieron pánico escénico, algunos se hicieron con el escenario y disfrutaron de la actuación saludando a sus familiares cada minuto, muy orgullosos de su gran papel. Y es que, ni un estreno de alfombra roja hubiese tenido tantos flashes como este pequeño Belén Viviente.

La actuación, narrada gracias a un audio por un niño de corta edad, iba introduciendo los personajes poco a poco. Primero los ángeles que fueron seguidos por María, José y el niño Jesús. Estas tres divinidades en miniatura apenas se llevaban unos meses. No sólo era El Mesías quien llevaba pañales, sus ‘padres’ llevaban el mismo ‘complemento’. 

Después, comenzaron a entrar los pastorcillos que, en parejas, iban saludando al Niño. Algunos de los pastores se salieron del papel y marcaron quién era el verdadero dios de las tablas. Dos divertidos pastorcillos se pasearon saludando por el escenario y haciendo sonar la pandereta, aun cuando no les tocaba estar en escena. 

Los Reyes Magos y sus pajes tampoco quisieron perderse el show y, de dos en dos, hacían sus ofrendas guiados por dos amables ángeles que ondeaban dos estrellas que llevaban por banderas. Al concluir la pasarela de ‘figuras del belén’, los más de veinte integrantes cantaron un divertido villancico.

Durante el transcurso de la actuación, eran muchos los padres que alababan el trabajo de las monitoras de la Guardería Provincial que, como cada año, consiguen que estos «pequeños trastos se estén quietos durante más de media hora». Un trabajo que todas aseguran llevar con mucho orgullo y paciencia, y que muchos padres confesaban no conseguir en casa.

 

Llegaron los reyes. Al concluir la actuación, los Reyes Magos se pasaron a obsequiar con un presente a todos los actores que habían participado en la actuación y alguno de los niños que se encontraban entre el público. 

«Ahora vienen los Reyes. Están por ahí», anunciaba uno de los pequeños al corretear por las filas. Los padres, acompañando a los niños, se fueron acercando a recoger los regalos de sus majestades que repartieron ilusión, adelantándose en esta ocasión al mismísimo Papa Noel.