'Vía Mística' y una ciudad cultural de «primer nivel»

Leo Cortijo
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La exposición de Bill Viola que el Gobierno regional impulsa con el objetivo de «dinamizar la ciudad a través de la cultura» supone un escaparate al mundo en una «perfecta conjunción» de tradición y modernidad

Cómo la emoción más profunda y sincera se puede transmitir por expresiones, posturas, gestos y movimientos, permitiendo notar a los que las contemplan incluso los detalles más pequeños y casi insignificantes. Ser capaz de traer hasta nuestros días la razón de ser de las antiguas imágenes religiosas, como si de un Marco Pérez, un Coullaut-Valera o un José Capuz del siglo XXI se tratara. La Semana Santa, siempre tan presente en Cuenca. Y con ella, su espiritualidad. En este concepto tan etéreo, volátil y abstracto radica el leitmotiv de Vía Mística, la exposición con la que el prestigioso Bill Viola pretender colocar a Cuenca en lo más alto de la esfera cultural. El objetivo es tan ambicioso como ilusionante, pero eso es lo que persigue la Junta de Comunidades, impulsora de esta iniciativa, que cuenta con un presupuesto que alcanza 1.200.000 euros. 

Hasta el próximo 24 de febrero, Bill Viola sorprenderá por la fuerza expresiva de sus contenidos más transcendentes y místicos, y toda su carga simbólica, gracias al uso de un soporte tan actual como el vídeo, al tiempo que fascinará con su impecable reinterpretación de un lenguaje artístico clásico, apegado a la plasticidad y la fuerza expresiva de la figura humana. Y todo, a través de una cuidada selección de 16 obras, todas de marcado contenido espiritual.

La puesta de largo de la exposición tuvo lugar este jueves en la iglesia de la Merced, comandada por el presidente del Ejecutivo regional, Emiliano García-Page, que estuvo acompañado, entre otros, por el vicepresidente, José Luis Martínez Guijarro; el consejero de Educación, Cultura y Deportes, Ángel Felpeto; el primer teniente de alcalde, Julián Huete –Ángel Mariscal se encontraba de viaje institucional en Lisboa–; el director de la Fundación Juan March en Cuenca, Juan Goma; y la comisaria de la muestra, Kira Perov.

Durante su intervención, el presidente de Castilla-La Mancha explicó que Vía Mística se ha hecho porque «debemos apostar por hacer cultura sin necesidad ni pretextos», y es que esta ciudad «podía haberse recreado en lo de siempre y, sin embargo, está encontrando en las figuras de vanguardia actuales su reencuentro con el pasado y una perspectiva de futuro». Asimismo, Page quiso agradecer el «empuje» de la Junta de Cofradías, y es que «esta exposición partió de la idea de hacer una muestra sobre la Semana Santa, que al final se adaptó a una forma contemporánea».

Por otro lado, el presidente regional anunció que tiene el «firme compromiso» de promover tres grandes eventos culturales durante los próximos años en Cuenca para dar continuidad y permanencia a la estrategia puesta en marcha para impulsar y promocionar la ciudad desde el punto de vista turístico y económico. Además, avanzó que los días 30 de noviembre y 1 de diciembre, la Junta, en colaboración con el Ayuntamiento, traerán a la ciudad un gran espectáculo de luz y sonido relacionado con el cuadragésimo aniversario de la Constitución Española.

«No vamos a parar hasta hacer que Cuenca sea una ciudad muy de moda», indicó García-Page, que defendió la necesidad de «hacer cultura por un deber moral» y porque la cultura «es una inversión». De este modo, se mostró convencido de que Vía Mística «atraerá mucha gente a Cuenca». Asimismo, abogó porque las generaciones actuales «dejen su huella» en la cultura y señaló que la Junta aborda el proyecto de los remontes mecánicos al Casco Antiguo como un «revulsivo para la ciudad», pero también como una «aportación arquitectónica para el futuro».

Cuatro son las sedes que albergan esta colección. Y las cuatro –que no es algo que se haya dejado al azar– se encuadran en el Casco Antiguo de la ciudad. Las iglesias de San Miguel y de San Andrés se reparten la mitad de las obras, destacando el primero de estos dos templos, que acoge hasta siete trabajos del artista, seguramente los más importantes, como Tristan’s Ascension, Fire Woman y la serie dedicada a los mártires. El Museo de Arte Abstracto y la Escuela de Arte Cruz Novillo alojan la otra mitad de la muestra, en una clara elevación a la enésima potencia del binomio tradición/modernidad. 

Además, el hecho de distribuir de esta forma la exposición configura así un peregrinaje de los visitantes por la obra del neoyorquino, al tiempo que favorece el conocimiento del Casco Histórico y la integración del paisaje urbano y natural en la ruta expositiva. Un buen ejemplo de ello es que el recorrido permite al término del mismo regresar a la tradición iconográfica de la ciudad en el Museo de la Semana Santa, que acaba de estrenar remodelación, incluyendo una nueva sala inmersiva de vídeo.