El Ciudad Encantada confía en las perlas de la región

Héctor Madrigal
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Rubén Marchán y Limonero han despuntado en Segunda Nacional

El pivote David Marchán celebra uno de sus goles con el BM Manzanares. - Foto: La Tribuna de Ciudad Real

La apuesta del Ciudad Encantada por las jóvenes promesas del balonmano regional es un hecho irrefutable. Un ejemplo de ello es la contratación de dos jugadores de gran proyección, como son el pivote Rubén Marchán y el extremo derecho Limonero.
 
Marchán ha maravillado en el BM Manzanares, donde ha aprovechado su envergadura -mide más de dos metros- para catapultar a su equipo a Primera Nacional. A punto de cumplir 20 años, el ciudadrealeño quiere dar un paso adelante en Asobal y aprender de David Mendoza y Víctor Frade: «Tengo que adaptarme  a la competición porque es un salto muy grande. Poco a poco, espero ir cogiendo minutos y crecer».
 
Las negociaciones con el el club manzanareño no han sido fáciles, ya que sus dirigentes exigían el pago de los derechos de formación del jugador, valorados en unos 3.000 euros. Sin embargo, Marchán llegará a coste cero a Cuenca después de que fructificaran las negociaciones. «El chaval es un portento físico y tiene una buena coordinación a pesar de su corpulencia. Además, puede defender en el centro de nuestro 6-0», apostilla el entrenador Rafa López.
 
La capacidad goleadora también define a Limonero, el motor en ataque del BM Herencia. «Ha sido el máximo goleador de la Segunda Nacional, con 12 o 13 goles por partido, lo que refleja su talento. Ya hizo una prueba con Zupo el año pasado y nos dejó buenas sensaciones. En principio, jugará más en el segundo equipo», adelanta el segundo técnico de los conquenses.
 
Con tan solo 18 años, Limonero reconoce «cumplir un sueño» con su fichaje por el Ciudad Encantada. «Estoy en una nube porque tengo la posibilidad de aprender de los mejores y jugar en Asobal. Me motiva mucho trabajar con Nacho Moya y David Balaguer. Voy a luchar desde el primer día para progresar», resalta el extremo.