El Conquense vuelve a La Fuensanta lleno de impulso, aunque con una herida por cicatrizar: recuperar su solidez defensiva y mostrarse como un equipo más equilibrado y compacto en sus líneas.

 

La victoria en el Salto del Caballo aportó tranquilidad  y serenidad a los blanquinegros. Valores que, como aclara Fabregat, no deben confundirse con la relajación. Y es que enfrente espera el filial del Atlético de Madrid, cuyo velocidad es su principal pilar de éxito. Frenar su contragolpe y evitar pérdidas de balón en zonas de influencia se antojan fundamentales para salir airosos ante los colchoneros.

 

Los goles del guineano Keita y la calidad del murciano Aquino, con 24 dianas en las dos últimas temporadas, amenazan a la Balompédica, aunque los madrileños pierden consistencia en la medular con la baja del sancionado Asamoah.

 

Con estas premisas, el técnico catalán Jordi Fabregat baraja la entrada de Picón en el once de gala. Una opción que, de confirmarse, dejaría fuera del equipo al cordobés Curro Vacas, por lo que Di Biase acompañaría a Borja Hernández en el centro del campo.

 

El gran estado de forma de Pituli, la profundidad de Denis y el trabajo de Quirino serán los tres puntales ofensivos de los de Cuenca frente a un Atlético de Madrid B que fue capaz de sorprender al Castilla. Un adversario de nivel que incentiva el espíritu blanquinegro.