Los 'orange' toman las calles

Agencias
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Más de 10.000 seguidores unionistas llegan a Edimburgo parar defender ardientemente el 'no' en el referéndum de independencia de Escocia y mantener así «intacto» el Reino Unido

Los ‘orange’ toman las calles - Foto: DYLAN MARTINEZ

Más de 10.000 seguidores del grupo unionista de la Orden de Orange se lanzaron ayer a las calles de Edimburgo parar defender ardientemente el no en el referéndum de independencia de Escocia.

«Si algo le ha faltado a la campaña unionista es pasión, y eso es precisamente lo que traemos nosotros», advirtió Henry Dumbar, el gran maestro de la facción escocesa de la organización, que periódicamente saca sus huestes a la calle con pendones, uniformes, flautas, tambores, pancartas, bombines y bandas naranjas.

«Es como si te despojaran de tu propia historia. ¿Qué les vas a decir a tus nietos?», señaló Jim Prentice, jardinero que llevaba una camiseta del club de fútbol del Glasgow Rangers y que viajó desde esta ciudad para sumarse a la marcha.

Por su parte, el manifestante Dave Hughes aseguró que llegó a la capital para solidarizarse con la unión. «Hemos estado juntos 300 años. Funciona, ¿por qué romperlo?», destacó.

La campana unionista Better Together (Mejor Juntos) se desmarcó, sin embargo, de la marcha orangista ante el temor de brotes de violencia.

Los pubs de la calle Real de Edimburgo echaron el cerrojo como medida preventiva y la Policía montó un amplio dispositivo en el centro de Edimburgo.

Las marchas de la Orden de Orange suelen acabar en violentos enfrentamientos entre protestantes y católicos en las calles de Belfast, desde donde también llegaron refuerzos.

La organización, fundada en 1795, conmemora todos los años la victoria histórica del protestante Guillermo de Orange sobre el rey católico Jaime II en la batalla de Boyne de 1690.

Además, tiene sus raíces históricas en Irlanda del Norte, pero cuenta con una fuerte presencia en las Lowlands de Escocia y en el norte de Inglaterra.

«Nuestro país es la envidia del mundo», declaró el maestro Dunbar en los preámbulos de la manifestación. «Y vamos a hacer todo lo posible por mantener esta unión estable, fuerte y próspera», añadió.

Y es que si los escoceses votan a favor de la independencia el próximo 18 de septiembre, el primer ministro británico, David Cameron, podría enfrentarse a una feroz presión para dimitir a menos de ocho meses de las elecciones generales de mayo de 2015, según advirtieron parlamentarios de su partido.

La secesión del país y por tanto la ruptura del Reino Unido sumiría a la política inglesa en la conmoción y, aunque Cameron ha asegurado repetidamente que no renunciará, la ruptura podría muy bien suponer el principio del fin de su liderazgo.

Algunos diputados del influyente Comité 1922 Conservador, considerado como un barómetro del sentir en el partido, han estado sondeando opiniones sobre si Cameron mantendría su confianza en caso de que se impusiera el sí en el referéndum, indicó un parlamentario conservador. «Va a recibir la responsabilidad si hay un voto afirmativo», subrayó el diputado, añadiendo que prevé que varios miembros de la formación pidan públicamente que Cameron se marche si eso ocurriera.

El apoyo en las filas conservadoras podría verse reducido aún más si el Partido para la Independencia del Reino Unido gana su primer escaño en las elecciones parciales del mes que viene.