Un millar de conquenses han aprovechado las seis ediciones de los distintos planes PIVE que ha puesto en marcha el Gobierno español para renovar sus viejos coches gracias a una ayuda económica que, además, revierte en mayores beneficios para las arcas públicas a través de los impuestos recaudados, según destaca el sector.

La caída de las ventas de coches en España debido a la crisis económica llevó al Ejecutivo a lanzar ayudas para la adquisición de vehículos nuevos que con diversos nombres, Prever, Renove o PIVE, han perseguido siempre el mismo objetivo: la renovación de la flota de coches.

Las seis ediciones han supuesto la renovación de 924 coches en la provincia de Cuenca, según los datos facilitados a La Tribuna de Cuenca desde Faconauto y han contribuido a la mejora de las ventas que ha experimentado el sector en los últimos dos años.

En este sentido, la Asociación Provincial de Concesionarios de Cuenca (Convecu) asegura que a pesar de estos datos Cuenca es una de las provincias españolas donde menos solicitudes se han cursado para beneficiarse de estas ayudas. «Las que menos ayudas piden son Ceuta y Melilla y después están Cuenca, Teruel y Soria», afirma su presidente, Ignacio Villar.

La tasa de renovación de vehículos en toda la provincia está casi al mismo nivel que las ciudades autónomas, añade Villar, lo que supone un indicador claro de la difícil situación por la que están pasando los concesionarios conquenses desde hace años.

Por este motivo, la asociación de fabricantes Anfac, que engloba las 17 fábricas de marcas internacionales presentes en España, se reunieron con Montoro recientemente para solicitar que se prorrogue el Plan PIVE VI, al menos hasta que se vendan 1,2 millones de vehículos en todo el país. Una petición con la que Convecu está de acuerdo para estabilizar la demanda interna y que no se rompa la tendencia alcista de los dos últimos años.

Parque envejecido. Castilla-La Mancha tiene en estos momentos una flota de vehículos de casi 877.000 coches, de los cuales más del 48 por ciento supera los diez años de antigüedad, según los datos de Faconauto, lo que estaría en la media del resto de comunidades. La edad media de los coches en España estaría situada en 11,3 años, según los cálculos efectuados por Anfac.

Sin embargo, la situación regional contrasta con la de la provincia al explicar el máximo responsable de Convecu que Cuenca tiene uno de los parques de automóviles más antiguos de España. «Si dentro de Europa el parque más antiguo lo posee Grecia y después España, en nuestro país el de Cuenca es uno de los más antiguos», asevera Villar. Por este motivo, «apoyamos la prórroga del Plan PIVE, al menos hasta que la renovación de la flota nos sitúe a niveles de los países de la Unión Europea».

Uno de los datos en los que basa su afirmación el representante de los concesionarios conquenses es que la tasa natural de renovación es tres años superior a la del resto del país, que estaría en seis años mientras que en Cuenca se alarga hasta los nueve años.

«Esto significa que cuando se nos cae el coche a cachos lo remendamos y seguimos circulando aunque vaya en contra de nuestra seguridad», indica Villar. Destaca que esa media implica que hay personas que cambia el coche a los cinco años pero otros lo hacen a los quince con las desventajas que ello supone el usuario.

Descenso del 70%. El envejecimiento de los turismos se ha acrecentado en los últimos años en los que debido a la crisis económica las ventas en la provincia se han precipitado con una caída del 70 por ciento con respecto a las matriculaciones de 2007. «Las ventas actuales son un 35 por ciento de las que registrábamos antes de la crisis económica a pesar de que llevamos dos años de continuas subidas», asegura Villar.

En este sentido, matiza que los incrementos registrados han sido positivos, pero insuficientes debido al parón que sufrió el mercado y que se han debido en gran medida al efecto de las ayudas estatales que durante ese tiempo «apenas han tenido discontinuidad», pero lamenta que todavía están lejos de recuperar los niveles normales.