La eliminación de barreras arquitectónicas en una Ciudad Patrimonio de la Humanidad como Cuenca y que el mercado laboral fuese más flexible con las personas con discapacidad física son algunos de los deseos que le gustaría que se cumpliesen a la presidenta de la Asociación de Discapacitados Físicos de Cuenca (Adificu), María Jesús Carballo (Cuenca, 1967). Confiesa que la sociedad poco a poco va teniendo en cuenta a este colectivo pero «aún queda mucho por hacer». Lanza un aviso para que la gente tenga cuidado con los vehículos porque ven que cada vez hay más jóvenes que «vienen a nosotros porque tuvieron un accidente de tráfico y les quedan secuelas».
¿Cree que una Ciudad Patrimonio de la Humanidad como Cuenca está bien adaptada para usted y para el turista que tenga algún tipo de discapacidad?.
En lo que respecta al Casco Antiguo hay que adaptar mejor los accesos y los edificios porque es una zona turística. No sólo por nosotros sino que hay gente que viene que nos llaman para ver si hay problemas de accesibilidad o no. Afortunadamente, se van haciendo muchas cosas y eso lo vemos también cuando hemos viajado, ya que vemos las casas se adaptan y no rompe la armonía arquitectónica. Por ejemplo, a muchas iglesias no podemos pasar, pero es que es muy triste que en una Ciudad Patrimonio de la Humanidad como Cuenca no podamos entrar en los museos, excepto el Museo de las Ciencias. Todo ésto debería cuidarse un poco más
¿Cuáles son los principales problemas que tienen las personas discapacitadas físicas?
Sin duda alguna, el principal problema es todo lo relacionado con la atención sanitaria porque, hasta ahora, con la crisis somos los más afectados. En el caso del empleo, también tenemos muchos inconvenientes porque hay que tener en cuenta que hoy en día no hay para las personas que no tienen el problema que tenemos nosotros. La verdad es que no son suficientes las ayudas de dependencia y más ahora, ya que se recortó todo hasta lo máximo.
¿Considera que la sociedad margina a aquellos que tiene dificultades como usted?
Por supuesto, cada vez menos, pero hay que tener en cuenta que el simple hecho de acudir a un sitio y no puedo pasar por ir en sillas de ruedas pues eso ya es una marginación social porque no se nos da la posibilidad de estar donde queramos. De todas formas, con el paso del tiempo la sociedad se va acostumbrando a vernos porque hacemos nuestra vida normal aunque tengamos algún tipo de discapacidad. Sobre todo, vemos que se va avanzando poco a poco, pero aún queda mucho por hacer en Cuenca.
¿Harían falta más plazas de aparcamiento?
Efectivamente. Las plazas de aparcamiento para las personas discapacitadas son insuficientes así que deberían poner más, pero el problema es que hay gente que no debería dejar el coche en el lugar y lo deja. Además, son personas que lo aparcan porque no encuentran sitio, pero no tienen ningún tipo de discapacidad y eso nos perjudica. También hay algunos que aparcan en los pasos de cebra y eso supone un impedimento, sobre todo, para una persona que, por ejemplo, va en silla de ruedas.
¿Cuándo comenzó la andadura de la Asociación de Discapacitados Físicos de Cuenca?
Los primeros pasos se dieron en el año 1998 y surgió gracias a que nos juntamos un grupo de personas afectadas que tenían alguna discapacidad física porque vimos que estaba la cosa un poco parada y agrupándonos llegábamos a más personas. El trabajo lo hicimos bien porque poco a poco nos juntamos más y hoy en día somos 250 socios en la provincia de Cuenca. La media de edad es de unos 50 años y todos son personas con discapacidad, pero hay que hacer hincapié que en las actividades que organizamos puede venir cualquier persona. El hecho de que hiciésemos un frente común provocó que llegáramos más a la sociedad para que conocieran de cerca nuestros programas y lo que estábamos haciendo.
¿Cuáles son los objetivos que marcaron desde un primer momento?
La Asociación de Discapacitados Físicos de Cuenca tiene una serie de objetivos que van encaminados a hacer la vida más fácil a las personas que tienen este tipo de problemas. Sobre todo, luchamos por la integración en general, es decir, tanto en lo que se refiere a lo laboral como en lo social. Es importante que los recursos lleguen a las personas afectadas y también hay que orientarlas para que puedan hacer cosas en su día a día. Hay que tener en cuenta que los objetivos específicos van cambiando con el paso de los años, ya que cada vez más hay nuevas necesidades, pero también se va avanzando con las nuevas tecnologías y eso es fundamental.
¿No cree usted que las personas con algún tipo de discapacidad debería ir a un colegio común y no a uno especializado?
Lo ideal es que acudiera a los colegios comunes para así integrarse mejor con los niños y niñas que no tienen discapacidad alguna. Lo que echamos en falta es que se adapten los centros educativos a las personas con discapacidad física porque sólo hay un colegio de integración que está en el barrio Fuente del Oro. Es un centro modélico que está adaptado todo y también hay profesionales así que no hay problemas. Lo ideal es que, por ejemplo, se eliminaran las barreras arquitectónicas en todos los colegios de educación obligatoria porque con una silla de ruedas no puedes pasar a las instalaciones.
¿Cómo está funcionando el Servicio de Orientación y Empleo que tiene la Asociación que usted preside en la actualidad?
La verdad es que bien y es que consideramos muy positivo el Servicio de Orientación y Empleo, pero la crisis ha hecho que tengamos muchas dificultades para que las personas que estén apuntadas encuentren un trabajo. En lo que llevamos de año hubo diez personas contratadas aunque son contratos temporales. Las empresas o bien se dirigen a nosotros para pedir un determinado perfil para un puesto de trabajo o las llamamos si nos enteramos de que necesitan a alguien para cubrir un puesto.
¿Cuáles son los puestos de trabajo a los que opta una persona con alguna discapacidad?
Todo depende de su formación y de su situación física. Existe el concepto de que sólo es para un determinado puesto de trabajo, pero hay personas que pueden conducir perfectamente sin ningún tipo de problema. En este caso concreto pues hay que tener movilidad para poder salir de la ciudad e ir a un determinado sitio. En la sociedad en que vivimos queda todavía mucho por hacer en lo que es la igualdad entre unos y otros. Las personas con discapacidad física antes no salía de casa y eso suponía que no existíamos, entre comillas, pero ahora hacemos una vida casi normalizada dentro de lo que cabe.
¿Cómo influyen las campañas de sensibilización que hacen en la sociedad?
La verdad es que este tipo de campañas son muy positivas porque sirven para demostrar que existe el colectivo de personas discapacitados físicos y que tenemos problemas en nuestro día a día. El objetivo es que cada día nos conozcan más y los medios de comunicación contribuyen a difundir lo que hacemos así que es muy importante para nosotros.
Los accidentes de tráfico provocan que muchas personas se conviertan de la noche a la mañana en personas discapacitadas. ¿Los jóvenes son los que ahora más los sufren?
La mayoría de las personas afectadas por accidentes de tráfico son jóvenes y eso provoca que les cambie la vida por completo. Algunos de ellos se dirigen a nosotros para que les aconsejemos porque es todo nuevo, es decir, quieren adaptarse a la nueva situación que viven a partir de ese instante. Por ese motivo, por ejemplo, piden que se les oriente en asuntos como las plazas de aparcamiento que hay para discapacitados en el lugar donde viven y también ver las necesidades que puedan tener. Hay que reconocer que es duro afrontar esa etapa tan difícil porque es casi comenzar de cero.
Entre las actividades que llevaron a cabo está una jornada sobre lo que es la violencia de género. ¿Es éste un problema que afecta al colectivo de persona discapacitadas físicas?
Sí, es un problema que se da puntualmente porque sí hemos conocido algún caso aquí en Cuenca. De todas formas, lo que intentamos con esta jornada es que las personas de nuestro colectivo conociesen de cerca la situación que se pueda dar con este tipo de temas. Queríamos sobre todo prevenir y que si en algún momento se encuentran en esta situación pues que sepan cómo reaccionar y a dónde acudir.
¿Qué supone para vuestra Asociación firmar convenios con entidades e instituciones?
Las ayudas de este tipo de entidades y empresas hace que podamos subsistir y podamos contar con un presupuesto porque las distintas administraciones suelen dar menos ayuda. Lo que estamos haciendo es abriéndonos a entidades como Caja Rural de Globalcaja, Ibercaja o la Fundación Mapfre, y eso es muy importante para nosotros porque nos abren el camino.
¿Qué tipo de actividades llevan a cabo?
Realizamos numerosos programas encaminados a los más pequeños que tienen algún problema, también hacemos cosas en el campo de empleo, en el tema de la igualdad, y también tenemos el programa Respiro familiar.
¿Qué le diría usted a una persona que se ve, por ejemplo, en una silla de ruedas?
Sobre todo le diría que se animara y que todo el mundo necesita un tiempo para adaptarse a la nueva situación que le ha tocado vivir. Cada uno debe pedir lo que necesita porque nadie da algo de manera altruista así que tiene que armarse de valor para salir adelante. En esta vida no ha