A buen recaudo

Manuel Pérez
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El concejal de IU, Pablo García, devolvió el pendón del rey Alfonso VIII ayer al Cabildo catedralicio tal y como manda la tradición • La insignia militar del rey castellano se custodiará en la catedral hasta el año que viene

Miembros de la Corporación municipal escuchan el himno de España a las puertas de la catedral minutos antes de proceder a la devolución del pendón al Cabildo catedralicio. - Foto: Robayna

 
El Cabildo catedralicio vuelve a custodiar el pendón con el que el rey Alfonso VIII entró en la ciudad el 21 de septiembre de 1177. Cumpliendo la promesa realizada el pasado domingo, el concejal de Izquierda Unida, Pablo García, devolvió ayer la insignia militar del rey castellano al capellán mayor, Miguel Ángel Albares, que lo recibió en una ceremonia con menos formalismos que la de entrega.
Tal y como marcaba el guión, el acto comenzó bajo los arcos del Ayuntamiento, donde el edil de la formación de izquierdas, en su condición de concejal más joven -tiene 28 años-, portaba el emblema real flanqueado por los maceros. Detrás de él, el alcalde, Ángel Mariscal, y miembros de la Corporación municipal, que participaban en menor número que en el traslado del domingo. Completaban el cortejo los maromeros, el grupo de recreación histórica Conca, los peñistas y la Banda de Música de Cuenca, que marcaba el inicio con la interpretación del himno de España. 
A las puertas de la catedral esperaban los miembros del Cabildo catedralicio, que junto a la Corporación, volvían a escuchar el himno patrio antes de entrar al templo. Ya en el interior, y mientras el órgano sonaba, García hacía entrega de la insignia a Miguel Ángel Albares, que presidió una misa de la que el edil de Izquierda Unida se ausentó. 
Durante la homilía se pudieron oír cánticos religiosos como el Aleluya o Qué alegría cuando me dijeron vamos a la casa del señor;así como lecturas pertenecientes a la Carta del apóstol San Pablo a los Efesios, a cargo del edil Julián Huete; o el pasaje de los Santos Evangelios, según San Mateo, en el que se narra cómo Jesucristo consiguió que el publicano lo siguiera, en este caso por parte del capellán mayor.
Varios fueron los mensajes que los religiosos que participaron  en la misa concelebrada dieron a los fieles, entre ellos, el de «sembrar la paz para cosechar la justicia»; o el de implorar a San Mateo, coincidiendo con su festividad, «que cure a la humanidad del egoísmo, para que ésta pueda compartir lo mucho o lo poco de lo que disponga entre los demás».
Cumpliendo con el artículo 25 del reglamento de San Mateo, que establece entre las funciones de las peñas la de participar debidamente uniformadas en los actos de entrega y devolución del pendón, en la homilía de ayer se pudo ver una amplia representación de las mismas, con pancartas incluidas, entre los asistentes al oficio. 
 
Homenaje. Concluida la misa, el cortejo volvió a formar para dirigirse hacia la plaza Obispo Valero, donde el presidente de la Asociación de Peñas Mateas, Diego Valera, en compañía del alcalde, Ángel Mariscal, y el historiador y cronista oficial de Cuenca, Miguel Romero, procedía a colocar un ramo de flores sobre la escultura a Alfonso VIII del escultor conquense Javier Barrios. 
Los actos cívico-religiosos de la mañana terminaron con el retorno de los miembros de la Corporación municipal, bajo maza, al Ayuntamiento al ritmo que marcaba la marcha de la Banda de Música Municipal.