Capotes 'made in' Cuenca

Manuel Pérez
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El conquense Óscar Contreras prueba suerte desde hace unos meses en la confección de capotes de brega y muletas, en lo que constituye la antesala de un más que probable proyecto empresarial

Capotes ‘made in’ Cuenca - Foto: Reyes Martínez

- Foto: Reyes Martínez

 
 
Chicuelo II, Ángel Muñoz El Curi, Curro Fuentes o más recientemente Aitor Darío El Gallo no son las únicas aportaciones de Cuenca al mundo de la tauromaquia. Desde hace unos meses, el conquense Óscar Contreras intenta hacerse un hueco en él con la confección de capotes y muletas, una actividad minoritaria en la que, como en los escalafones taurinos, sólo tienen cabida los mejores.
El de Cuenca, que no se resiste a hacerse un hueco dentro del mundillo tras una vocación frustrada como matador, prueba suerte en otro tercio desde el taller improvisado en su propia casa, donde recibe a La Tribuna para explicar el germen de su proyecto empresarial.
Contreras desvela que la idea surgió de forma casual después de ofrecerse para arreglar el capote de un amigo que, por el uso, se encontraba «hecho jirones». Fue entonces cuando desempolvó la vieja Alfa que le regaló su abuela para remendar sus propios capotes y se puso manos a la obra. Tras comprobar que «no se le daba mal», decidió hacer uno partiendo de cero.
«Me informé sobre qué tejidos se utilizaban, donde se vendían y realicé un patrón a partir del trapo de mi amigo», afirma Contreras, quien ya ha realizado varios capotes de brega, entre ellos uno de los que utiliza el banderillero conquense Juan Carlos Benito.
Su proyecto empresarial se encuentra aún en una fase muy embrionaria porque, según dice, antes de lanzarse al mercado y dar forma jurídica a su empresa, quiere tener un producto de alta calidad. «En esta profesión se funciona del boca a boca. Alguien prueba tus capotes, dice que son buenos, y la gente los compra. Así que, hasta que no tenga un producto con todas las garantías, no saldré al mercado».
En su condición de torero, Óscar Contreras tiene la suerte de poder probar sus muletas y capotes y ver cómo funcionan delante del toro. Este trabajo, que en ocasiones realiza con otros profesionales, le permite hacer correcciones, introducir mejoras y, cuando funcionan, «los ánimos necesarios para seguir adelante con el proyecto».
 
Objeto personalizado. Explica que los capotes de brega, como el traje de luces, es un objeto que se realiza totalmente personalizado teniendo en cuenta la altura del torero y sus gustos en cuanto a la forma (redondos o con forma de lengua) y el peso. «Lo normal son unos cuatro kilos, que sería un capote ligero tipo del que le gusta a Morante, pero hay matadores que los quieren más pesados, lo que se consigue añadiendo más forros», explica.
Además de los aspectos mencionados, a la hora de confeccionar capotes y muletas es muy importante elegir un buen tejido, el elemento que más ha evolucionado en una fiesta poco dada a la innovación. Contreras destaca que la calidad de la tela determinará, entre otras cosas, que la pieza permanezca armada o se deforme con el paso del tiempo. 
Los tejidos actuales han sustituido la clásica franela de las muletas por una tela sintética que permite lavarse en la lavadora con facilidad; y han incorporado un tratamiento a la lona de algodón de los capotes para darles mayor apresto e impermeabilidad, lo que impide que la sangre del toro cale. 
El proceso de confección de capotes y muletas, cien por cien manual, exige «precisión y paciencia», especialmente a la hora de hacer la esclavina, pieza que corona el capote en su parte estrecha y que normalmente se embellece con formas geométricas trazadas con pespuntes a máquina y con el hierro del torero bordado.
En el caso de la muleta, más allá del trapo, la pericia del conquense le lleva a fabricar hasta las ayudas, no descartando poner a prueba su habilidad con el estaquillador.
Con entusiasmo, voluntad y capacidad, Contreras sueña con que su nombre figure junto a los de sastres como Justo Algaba, Fermín o Alejandro, y que diestros como Morante, Manzanares, El Juli o el propio José Tomás utilicen sus capotes y muletas en sus mejores faenas.