El presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, aseguró ayer tras la reunión en el Congreso con el líder del Partido Socialista y candidato a la Moncloa, Pedro Sánchez, que no renuncia a la investidura porque su apuesta por un Gobierno apoyado por el PP, el PSOE y Ciudadanos «aún no ha sido votada».
A renglón seguido, el político conservador sostuvo que no se arrepiente de haber declinado la invitación del Rey a presentarse a la investidura. «Hice lo que creo que tenía que hacer», señaló el gallego al respecto antes de añadir que no tenía ninguna posibilidad de salir elegido, y que no quería «engañar» a la gente.
El líder del PP dejó claro, además, que no va a apoyar ni favorecer ningún Ejecutivo liderado por Pedro Sánchez, sino que va a «trabajar para que el PSOE facilite el Gabinete del PP», una tarea en la que va a «empeñarse y a dedicarle tiempo».
Respecto a los últimos casos de corrupción que afectan a su formación, el máximo responsable de los populares aseguró ante la prensa que no se siente acorralado:«No, mientras yo sea capaz de tomar las decisiones que tenga que tomar y sigamos presentando leyes para ser más eficaces en esta materia». Y es que Rajoy defendió que con su equipo no ha habido impunidad con los corruptos, y aseguró que nunca antes en España se han aprobado tantas medidas contra esta lacra.
Al ser preguntado en concreto por el caso de Esperanza Aguirre tras el registro judicial de la sede del PP de Madrid, del que es presidenta, el político conservador negó que vaya a tomar ninguna medida contra la exministra porque «contra ella no pesa ninguna acusación sobre nada y porque no se puede condenar a la gente sin saber de qué se le acusa».
Rajoy no comparte, por tanto, la afirmación de uno de los vicesecretarios de su partido, Javier Maroto, que aseguró ayer que en la formación popular hay que hacer «una purga caiga quien caiga». «No, lo que necesita el PP es lo que está haciendo, que los que no hagan lo debido y se vean involucrados en casos de corrupción sean apartados», apostilló.