«Los niños mejoran con la terapia»

D. G.
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La sociedad es cada vez más receptiva y acepta el autismo porque lo conoce y poco a poco se van rompiendo los falsos mitos que han rodeado este trastorno y que han contribuido a aislar a los que lo padecen

María Aparicio es una joven psicóloga que colabora con la Asociación Provincial del Autismo y otros Trastornos del Neurodesarrollo (Apacu) con el objetivo de ayudar a las personas que los padecen y a sus familias. A ellas le transmite un mensaje de optimismo ya que asegura que los niños pueden mejorar e insta a acudir lo antes posible a los especialistas al recordar que cuanto antes se realice el diagnóstico mejor será el pronóstico. También reclama mayor apoyo social y de las administraciones públicas.
¿Cuáles son los signos que pueden delatar que un niño es autista?
Los niños suelen tener dificultades para comunicarse. Tareas sencillas como llevarte de la mano, señalar, pedir lo que quieren les resulta complicado. Además, no llevan un desarrollo típico y se retrasa la iniciación en las primeras palabras. 
¿A qué edad se suele detectar?
Cada vez del diagnóstico se produce antes pero los padres primerizos o que no tienen una referencia de cual es la normalidad suelen darse cuenta a partir de un año y medio cuando el bebé tiene que empezar a hablar y no lo hace  es cuando tienen las primeras señales de alerta. 
¿Qué problemas presenta el autismo?
Es un trastorno que tiene tres áreas principales donde el desarrollo se realiza de forma diferente. En primer lugar la conducta o imaginación lo que les hace ser niños con intereses muy reducidos o manías, muy rígidos y con poca flexibilidad a los cambios. En segundo lugar en el lenguaje con dificultada para comunicarse, pedir o mostrar lo que desean, o no hablan o lo hacen sin sentido repitiendo lo que escuchan. Y por último las habilidades sociales para relacionarse con el resto, para saber jugar, imitar o acercarse a otros niños.
¿Puede mejorar un niño con autismo a través de la terapia?
Sí. Cada vez la detección se realiza antes y cuanto antes se realice el diagnóstico mejor será el pronóstico. Trabajando las tres áreas que hemos mencionado, tanto desde los profesionales como los padres, siempre mejoran los niños.
¿Cómo ve la receptibilidad de las personas a la hora de recibir la información?
Está siendo mejor que otros años. En otras ocasiones la gente era más escéptica pero ahora el comportamiento hacia nosotros es mejor, tienen más interés y unas personas atraen a otras. Quizás porque es el tercer año que lo llevamos haciendo y cada vez nos conocen más.
¿Se va rompiendo la barrera social hacia este trastorno?
Sí con este tipo de iniciativas y gracias al trabajo que se realizan en las asociaciones y los colegios se va logrando que cada vez se hable más del autismo y se conozca más. De esta forma también se rompen con muchos de los mitos que le rodean. 
¿Cuales son estos mitos?
Hay muchos. Que son niños que están en otro mundo, que evitan cualquier tipo de contacto, que no son cariñosos o que no quieren estar con otros. Se tiende a imaginar al típico niño con balanceo gracias a los estereotipos que se han fijado en el imaginario colectivo. 
¿Cree que a pesar de este avance social queda mucho trayecto por recorrer?
Sin duda. Sobre todo a nivel sanitario, educativo e incluso político queda mucho por hacer y por mejorar en la atención de estas personas. 
¿Se puede llegar a confundir el autismo con otros síndromes?
Sí, de hecho es muy frecuente que pase en edades tempranas donde los signos son muy similares a otros como el trastorno del lenguaje, el retraso cognitivo o incluso el TDH, que es un trastorno por déficit de atención e hiperactividad.