Una 'final' anticipada

Héctor Madrigal
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El Conquense, sin apenas margen de error ante el filial del Rayo, persigue una victoria que le permita tomar oxígeno y acercarse a la salvación• Pablo Jiménez y Vacas, posibles novedades

Borja Hernández llevará la manija de la Balompédica. - Foto: Nestor De La Vega Robayna

Afrontar una ‘final’ a mitad de noviembre puede parecer prematuro, pero lo cierto es que el Conquense necesita tomar oxígeno cuanto antes y acercarse a la salvación tras recibir tres golpes consecutivos que le han condenado a la penúltima posición de la tabla.
 
La misión de los blanquinegros es resurgir ante el filial del Rayo Vallecano en La Fuensanta y recuperar parte del crédito perdido en las últimas semanas. Los guerreros de Fabregat necesitan demostrar que su mandíbula no es, ni mucho, menos de cristal, sino que es tan fuerte como su espíritu. Porque esta Balompédica ya fue capaz de pasar por encima del Barakaldo, que perdió el liderato en Cuenca, y maravillar al público. Un motivo más para confiar firmemente en la plantilla y no perder la esperanza.
 
Retoques. El técnico tarraconense tendrá que retocar el once e introducirá al menos dos novedades tras la lesión de Varela y la baja del sancionado Royo. Así, Salero volverá a retrasar su posición para actuar en el lateral derecho y dejar paso a Pablo Jiménez en este flanco, mientras que Curro Vacas puede relegar a Vega al banquillo y acompañar a Borja Hernández en la medular después de siete jornadas sin jugar ni un solo minuto.
 
En la punta de ataque, Óscar Vega, con confianza después de marcar ante el Castilla, y Denis intentarán marcar la diferencia y batir al meta alcarreño Álex Campos.
 
Aislarse de la presión es otro de los cometidos de los balompédicos, acuciados por la necesidad de puntuar y superar a un rival directo por la permanencia. La ansiedad también acompaña a los rayistas, que sólo han cosechado dos puntos lejos de su feudo pese a contar con futbolistas de la talla de Toni Arranz y Álex Fernández, su máximo goleador.
 
En este sentido, el duelo adquiere ya tintes dramáticos para ambos conjuntos, por lo que minimizar los errores y ser mucho más prácticos, como avanzó Fabregat, resultará determinante. Una batalla para recuperar el optimismo o, por el contrario, alimentar más las dudas.