El recibo de la luz se dispara un 11% en el último año

SPC
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La factura de agosto alcanza su nivel más alto desde enero de 2017 y se encarece cerca de seis euros de media debido al mayor coste en el mercado mayorista

La factura de la luz para un usuario medio ha crecido cerca del 11% en agosto respecto al mismo período de 2017 -a falta de un día para terminar el mes- y un 2,6% en relación a julio, con lo que suma su cuarto incremento intermensual consecutivo y alcanza su nivel más alto del año (61,83 euros), según datos obtenidos ayer del simulador de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).

El encarecimiento del recibo se debe a la subida del precio de la electricidad en el mercado eléctrico mayorista, impulsado por el mayor uso de tecnologías más caras, como las centrales de gas y carbón, y por el aumento de las importaciones desde Francia por la indisponibilidad de una parte de su capacidad nuclear.

Así, el recibo energético para un usuario tipo -con una potencia contratada de 4,4 kilovatios y un consumo anual de 3.000 kilovatios hora (250 KWh al mes)- se sitúa en 61,83 euros, un 11% por encima de los 55,74 euros que alcanzó en el mismo período de 2017.

La factura se vio incrementada en un 2,6% con respecto a los 30 primeros días de julio, cuando el precio de la electricidad se situaba en 60,26 euros.

El encarecimiento responde a la subida de los precios mayoristas, que suponen en torno al 35% de la factura, ya que los costes regulados, que fija el Gobierno, llevan años congelados.

El coste diario de la electricidad en ese mercado se situó el pasado miércoles en 70,99 euros por megavatio hora, el nivel más alto del año, por encima de los 68,51 euros registrados el 6 de agosto.

La media en agosto (entre el 1 y el 30) es de 64,2 euros por megavatio hora, un 24% más que en el mismo mes de 2017 (51,6 euros).

El comportamiento del mercado mayorista se debe a un conjunto de razones, entre ellas la menor aportación de la generación eólica e hidráulica, lo que obliga a utilizar en mayor medida las centrales de gas y carbón, que son más caras.

A este factor se une el encarecimiento este verano de los combustibles -gas y carbón- y de los derechos de emisión de CO2.

Además, las altas temperaturas en Francia y la indisponibilidad de parte de su capacidad nuclear han presionado al alza los precios en España, al pasar la interconexión de sentido importador a exportador.

En opinión de los expertos, es probable que este comportamiento se prolongue, según reflejan los mercados de futuros.