«La agricultura tendrá que adaptarse al agua disponible»

Manuela Lillo
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El pasado mes de agosto se convirtió en el presidente de la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG), un hombre 'de la casa' que conoce bien la problemática del Alto Guadiana y que tiene sus retos bien definidos.

¿Cómo definiría la situación en la que se encuentran las masas de agua subterráneas de la provincia de Ciudad Real?

Las masas de agua de todo el Alto Guadiana están declaradas en riesgo de no alcanzar los objetivos ambientales porque están en mal estado, tanto en mal estado cuantitativo como cualitativo. Las masas que afectan a la provincia de Ciudad Real fundamentalmente son Mancha Occidental II, Mancha Occidental I y Campo de Calatrava y el problema de esta última es que no tiene programa de actuación, que se elabora una vez que se han constituido las comunidades de usuarios y, en el caso de Mancha Occidental I y II, se han constituido las comunidades de usuarios y se han aprobado los programas de actuación, que tienen como objetivo recuperar el buen estado y que llevan una serie de propuestas para mejorar el estado de la masa.

¿Cuáles son algunas de esas propuestas, puesto que está bajando el nivel de reservas de los acuíferos?

Sí, en algunas masas, como Mancha Occidental II, los descensos llegan hasta nueve metros en los últimos cuatro años. Por tanto, el programa de actuación lo que intenta es revertir esa situación y no queda otra que reducir las extracciones del acuífero, si, por ejemplo, el recurso disponible es, en el caso de Mancha Occidental I de 84 hectómetros cúbicos, no podemos superar permanentemente ese recurso disponible porque al final empeora el estado de la masa; se pone en peligro los ecosistemas asociados y se pone en peligro las explotaciones agrarias que dependen de esa masa de agua.

¿Esa reducción del volumen de extracciones para evitar que las reservas de los acuíferos sigan bajando, implicará también una reducción de las dotaciones para regadío?

No necesariamente, sería deseable que progresivamente las dotaciones fueran disminuyendo acorde a la reducción de las extracciones, pero hay algunas otras medidas, como la instalación de caudalímetros y también otra forma de reducir la presión de las extracciones en la masa sería culminar la regularización de los aprovechamientos de explotaciones prioritarias del Alto Guadiana. Por supuesto, control mediante caudalímetros y, progresivamente, que estas explotaciones prioritarias regularicen sus aprovechamientos.

¿Cómo cree que se puede hacer compatible una agricultura que tiene mucho peso en la economía de la tierra con el sostenimiento de los acuíferos?

Es un reto importante, es una ecuación de difícil solución, pero para eso están los programas de actuación. Hay que mantener la economía en la zona y hay que mantener el buen estado de las masas porque si no conseguimos mejorar el estado de las masas, se están poniendo en peligro las explotaciones que se alimentan de ella. Por lo tanto, la agricultura tendrá que adaptarse al recurso disponible. Primero tiene que haber una planificación hidrológica y a continuación una planificación agraria. No puede ser al revés, tenemos que convivir con el recurso que tenemos disponible y con el que podamos desarrollar una agricultura acorde a nuestra cuantificación de agua. El recurso que tenemos es este y la agricultura tiene que adaptarse a ese recurso. También tengo que decir que aquí tenemos ese recurso, en otros territorios ni siquiera lo tienen y las aguas subterráneas están reguladas en el sentido de que tenemos capacidad para, en situaciones de sequía, poder continuar con nuestras explotaciones; en un embalse de aguas superficiales, en sequía no tienen capacidad para usar el recurso, aquí en cierto modo hay una garantía para atender año tras año sus explotaciones.

¿Teme un conflicto con las comunidades de usuarios si se aplican recortes en las dotaciones de riego?

No, al menos en lo que transmitimos el lunes, en esa llamada a la responsabilidad de todos para alcanzar el buen estado de las masas, no vi ese conflicto. Hice una llamada a la responsabilidad de todos y no me pareció entender que pudiera haber conflicto. Es verdad que el esfuerzo tiene que venir por parte de todos y hay que intentar conseguir progresivamente cambiar la situación. Hay que cambiar la tendencia de bajada para darnos una oportunidad de mejorar el estado de la masa. La reunión fue muy cordial y no vi esa sensación de enfrentamiento a la administración, aquí estamos todos en el mismo barco y tenemos que conseguir no sólo mejorar el estado de las masas, los ecosistemas asociados, sino mantener la actividad económica en la zona.

En principio no ve necesario reducir las dotaciones de agua para riego, ¿pero no se descarta?

No se debe descartar, pero como hay otras alternativas, yo espero, y así les hice ver a los presidentes de las comunidades de usuarios, que en el próximo régimen de extracciones de cada masa hagan una propuesta de dotaciones para la campaña que viene y vamos a ver hasta dónde pueden llegar sus propuestas y vamos a analizarlas y llegaremos a un acuerdo seguro. De lo que se trata es de reducir el volumen de agua que sale del acuífero y se puede reducir, como he dicho, por tres vías: instalación de caudalímetros para el control, regularización y, si es posible, reducción de las dotaciones, pero esa propuesta va a venir de las comunidades de usuarios.