El IES Alfonso VIII entra en la historia

D. Guijarro
-

La Consejería de Educación publicó ayer la orden por la que se declara al centro educativo como Instituto Histórico de Castilla-La Mancha • Su directora reconoce que es un «orgullo»

Hablar del Instituto Alfonso VIII es hacerlo de la historia de la propia Cuenca. Generaciones de estudiantes han pasado por sus aulas de las que han salido ilustres personajes conquenses en todos los ámbitos. 170 años formando personas dan para mucho y hacen que el propio centro educativo además de contribuir a la enseñanza de la historia se convierta en parte de ella gracias al gran patrimonio material y cultural que atesora entre sus paredes aunque ahora esté en el ‘exilio’ hasta que finalice la anhelada remodelación del centro.
Méritos no le han faltado nunca pero desde ayer, la Consejería de Educación, Cultura y Deporte los reconoce mediante la orden que publicaba el Diario Oficial de Castilla-La Mancha declarándolo  Instituto Histórico de Castilla-La Mancha. Una noticia que llega coincidiendo con el último día del curso escolar y que fue recibida en el centro «con satisfacción», aunque reconocen que la esperaban desde hace tiempo y que hoy estrenan «con orgullo».
Esta distinción está dirigida a institutos de la región que se crearon entre 1830 y 1945 en la región y que tengan un gran patrimonio cultural. Hace justo un año, la Consejería de Educación lanzó la convocatoria para que los centros interesados presentaran la memoria exigida. Sin embargo, en el Alfonso VIIIno se pusieron manos a la obra de inmediato ya que la actividad del fin de curso impedía que le dedicaran a este proyecto el tiempo que requería. 
 
Trabajo riguroso. «Es una convocatoria más exigente y nosotros somos muy exigente con las cosas», asegura María del Carmen Palomares, directora del Instituto, por lo que decidieron esperar al mes de septiembre para formar una comisión de trabajo con distintos profesores, entre los que se encontraba ella misma para ponerse manos a la obra. 
Además, se unía la circunstancia de que en estos momentos la mayor parte del patrimonio acumulado en los más de 170 años de historia del Alfonso VIII se encuentra embalado al estar sufriendo un exilio forzoso desde 2010 por la remodelación del edificio que permanece parada desde el 2012.
«Podíamos haber hecho una memoria rápida en junio pero decidimos que era demasiado importante y se debía crear un grupo para hacerlo bien», dice Palomares  quien relataba la gran motivación con la que contaban todos los miembros de ese grupo. «La única pena es no haber podido incluir en la memoria más elementos porque tenemos muchas cosas embaladas a las que no podemos acceder con facilidad». Una tarea en la que se buscó, desde el principio, la implicación de los alumnos. 
Recuerda la responsable del centro que esta convocatoria estaba dirigida a los primeros institutos que se crearon  a mediados del siglo XIX y que «eran como pequeñas universidades y había uno por cada provincia», por lo que en Castilla-La Mancha, además del instituto conquense, sólo hay otros cuatro que dispongan de esta categoría. 
 
«Satisfacción». Reconoce Palomares que este reconocimiento supone para ellos «un orgullo y una satisfacción» para todas las personas que componen la comunidad educativa y que además le abrirá la puerta a poder optar a convocatorias de ayudas destinadas a este tipo de instituciones.
Un ejemplo de estas ayudas se ha vivido durante este año han podido contar con el trabajo de una archivera que ha servido para poner orden en los documentos que se conservan desde su fundación en 1844, al margen de los fondos bibliotecarios, y cuya contratación ha sido posible gracias a la dotación económica de Diputación. Un archivo que lleva el nombre de Juan José Gómez Brihuega en honor al profesor que recuperó estos documentos.  
«Este título supone un reconocimiento a que el patrimonio histórico forma parte del centro y todos deberíamos tener el espíritu de reconocer el pasado y la historia de los institutos. Anivel educativo, conocer la historia de esta institución es conocer también la de la ciudad», afirma Palomares quien recuerda que quizás la orden publicada ayer no logre que en el centro se matriculen más alumnos pero sí evidencia el trabajo y la responsabilidad que tienen hacia la conservación de un legado que ha pasado de generación en generación. 
 
Curiosidades y joyas de un legado histórico
Entre las joyas que guarda el instituto Alfonso VIII se encuentra un gran patrimonio científico al conservar los aparatos del gabinete de física que datan de principios de 1950 y que han sido utilizados en la exposición que el año pasado se organizó para celebrar el 170 aniversario del centro educativo. 
     Junto a estos aparatos, la memoria por la que ha sido declarado Instituto Histórico de Castilla-La Mancha recoge también la colección de animales disecados utilizados en clases de ciencias y que contienen «una representación de la fauna bastante importante», asegura la directora Mari Carmen Palomares.
     Otra parte importante del patrimonio cultural del centro está compuestas por una colección de discos o el fondo documental de la biblioteca que contiene más de 30.000 ejemplares entre los que se encuentran algunos tan curiosos como una primera edición del prestigioso diccionario Larousse.
     La amplia variedad del patrimonio y la dificultad para acceder a algunos de estos objetos hizo que fuera de la memoria que exigía la Consejería de Educación se quedaran algunas joyas históricas. Una de ellas es un cuaderno del profesor  catedrático de biología, Juan Jiménez Aguilar, que da nombre a la biblioteca del Instituto. Este docente estuvo durante una época recluido en prisión donde no abandonó su labor educativa que continuó dando clase a sus compañeros reclusos. Durante ese tiempo, Jiménez Aguilar fue recogiendo cómo daba clase a los reclusos, la metodología y las lecciones. Ante la falta de medios fueron escritas sobre papel de un registro de la cárcel, según explica la directora del Instituto.