El Ministerio de Educación insistió ayer en dar carpetazo «por falta de rigor» al informe de la Alta Inspección sobre un posible adoctrinamiento en los libros de texto, en especial en los de Cataluña, a pesar de la petición de Cs para que se publique y de los inspectores para que se complete. Y es que subrayó que con la Constitución se eliminó la censura previa y que ahora el proceso es denuncia-resolución.  

«¿Es descuido, falta de rigor o simplemente mala fe que sobre un mismo libro el documento de la Alta Inspección diga que se habla de la Constitución, y luego se alegue lo contrario?», se preguntó la vasca para argumentar sus críticas a este documento, encargado por su antecesor, Íñigo Méndez de Vigo.

Lo dijo Celaá a preguntas de los liberales durante el Pleno del Congreso, donde recordó que el popular tampoco lo hizo público, «probablemente, por la misma razón».

La ministra también criticó que el portavoz de Cs, Juan Carlos Girauta, le acuse de dejación de funciones, y le recordó que el procedimiento ante una posible irregularidad en el contenido de un libro de texto es la denuncia ante los tribunales ordinarios, pues la Constitución prohíbe la censura previa. Asimismo, recalcó que hace años se eliminó igualmente que Educación revisara de forma previa los libros.

En este punto, la formación naranja afirmó que tanto la socialista como Méndez de Vigo fueron «negligentes» en este asunto, para luego criticar que se tenga «raquítica y desnutrida» a la Alta Inspección.

Además, el secretario de Estado de Educación, Alejandro Tiana, se refirió al informe asegurando que el Ministerio no le va a dar «más vueltas». «Habría que preguntar al anterior Gobierno por qué no lo asumió y no lo hizo público cuando fueron ellos los que lo encargaron. Algo debieron ver, aunque no me lo han dicho, que no les satisfizo».

Por su parte, el presidente de la Unión Sindical de Inspectores de Educación, Jesús Marrodán, subrayó que Celaá debería mandar completar el informe si cree que tiene «carencias» o «deficiencias», nombrando para ello a una comisión o a alguien que las subsane. Con un estudio terminado, el equipo de Celáa podría dar respuesta así a las quejas que lo provocaron y «no dejar las cosas a medias».