Francia vive en estado de máxima alerta conforme se acerca la inauguración de la Eurocopa 2016, que tendrá lugar el próximo viernes. La república, que el pasado año ya fue escenario de matanzas terroristas, se encuentra bajo la amenaza de los radicales, tal y como detalló el pasado domingo su presidente, François Hollande, quien indicó que «el peligro no ha pasado» y que, por ello, «debemos garantizarnos que este acontecimiento sea un éxito».
Los fuertes controles a los que se ve ya sometida la nación se suman a los de fuera de sus fronteras, donde, según se conoció ayer, el pasado mes de mayo se detuvo a un ciudadano galo que, presuntamente, pretendía llevar a cabo al menos una quincena de ataques contra su país natal aprovechando la multitudinaria afluencia de público con el campeonato deportivo.
Según anunció el Servicio Secreto de Ucrania (SBU), el arrestado, un joven de 25 años, fue interceptado en la frontera de la exrepública soviética con Polonia con 125 kilos de dinamita, cinco rifles de asalto con 1.080 balas, cinco lanzagranadas antitanque, 100 detonadores y 20 pasamontañas.
El chico, que llegó hace dos años a Ucrania de forma voluntaria para luchar a favor del Ejército nacional en el conflicto que se libra en dicho país contra los rebeldes prorrusos, planeaba volar puentes e infraestructuras de autopistas en varias partes de Francia, además de una oficina de recaudación de impuestos, una mezquita, una sinagoga y áreas públicas que iban a ser escenario de la Eurocopa, detalló el SBU, que agregó que el detenido «expresó su oposición al Gobierno de su país por permitir la inmigración masiva en Francia y la expansión del islam», por lo que se sopesa que se trate de un simpatizante de la extrema derecha.
El sospechoso fue detenido el 21 de mayo con las armas en un control fronterizo con Polonia y habría pagado a un ciudadano ucraniano unos 3.000 euros para poder acceder por dicho paso a la Unión Europea, si bien se encontraba bajo vigilancia desde diciembre, cuando intentó «entablar contactos con tropas ucranianas en el este y ofrecer su ayuda», apuntaron los Servicios Secretos de Kiev, que remarcaron que el objetivo del joven era atentar «antes y durante» la Eurocopa de Francia, que se celebra del 10 de junio al 10 de julio.
Más seguridad. Ante este anuncio, el Gobierno francés decidió implementar su operativo de seguridad en París y sus alrededores y agregará 1.200 agentes a lo inicialmente previsto.
De este modo, el dispositivo en la zona metropolitana de la capital gala pasará a contar con 13.000 efectivos -3.000 más de los 10.000 previstos inicialmente- y, en total, habrá 90.000 miembros de las Fuerzas del Orden movilizados en la república durante el mes que se prolongue el torneo deportivo.
La seguridad se reforzará alrededor de los estadios ubicados en París y Saint-Denis, así como en las fan-zones -recintos para los hinchas de cada equipo-, los transportes, los puntos turísticos y las zonas de aglomeración pública en general. En los estadios y las fan-zones habrá, además, servicios de vigilancia privados.
En un comunicado, la Prefactura de Policía indicó que «no hay indicios» sobre ataques concretos, aunque avisó de que la amenaza es «muy alta, real y permanente», por lo que pidió a todos los que se desplacen hasta el Estado vecino que tengan «paciencia».