La oposición venezolana no quiere que su reivindicación de celebrar un referéndum revocatorio  que pueda acabar con el mandato del presidente, Nicolás Maduro, caiga en saco roto. Si, según insisten, cumplieron con todo lo estimado por el Consejo Nacional Electoral (CNE), presentando -con holgura- las firmas necesarias para iniciar el trámite hacia la consulta, ahora quieren que el CNE haga lo propio y realice su trabajo. Por ello, ayer miles de personas salieron nuevamente a las calles de Caracas para exigir «respeto» a esas rúbricas e intentar presionar al organismo para que acelere los tiempos. 

En una protesta convocada por la alianza antichavista Mesa de Unidad Democrática (MUD), los ciudadanos estamparon sus nombres en largos pliegues de papel y sobre banderas nacionales al grito de «Mi firma sí vale», con el objetivo de exigir al Poder Electoral que fije una fecha para la validación de las rúbricas entregadas el pasado 2 de mayo -un total de 1,85 millones- a fin de que cada elector concurra para ratificar su petición.

La exigencia de las autoridades era recabar las rúbricas de un 1 por ciento del padrón del país, es decir, 195.721, y, según la oposición, la validación debía realizarse cinco días después de presentarlas, para que el revocatorio pueda tener lugar este mismo año.

La oposición convocó para hoy una marcha hacia la sede del CNE para intentar mantener una reunión con sus máximos dirigentes, si bien el Gobierno prohibió la semana pasada manifestarse en las inmediaciones del organismo.

«Nosotros no le pedimos paciencia al pueblo, le pedimos firmeza para alcanzar nuestro objetivo, que no es ganarle la guerra al Ejecutivo, sino ganarle la paz», indicó un portavoz de la MUD. «Para eso, es indispensable la unión, ejercer presión y solo lo lograremos si estamos unidos», agregó, mientras censuró que «el tiempo que gana el Gabinete de Maduro es tiempo que pierden los venezolanos ante la inmensa crisis que agobia al pueblo».

Precisamente, al respecto de esta crisis, el vicepresidente, Aristóbulo Istúriz, aseguró que los problemas de escasez y hambre que se vive en el país son provocados por «acciones políticas» de los antichavistas y por EEUU en su intento por derrocar a Maduro.

«Es una línea del imperio. Ellos dicen que si controlan la comida, controlan los alimentos, controlan al pueblo, porque el pueblo con cola, si no encuentra productos, se molesta y se pone en contra de la revolución», censuró.

Por otro lado, el opositor Leopoldo López reveló que durante el encuentro que mantuvo con el expresidente español José Luis Rodríguez Zapatero le indicó que «el diálogo no puede ser para perder tiempo» y que ambos hablaron de «las posibles rutas para lograr una solución a la profunda crisis» en la nación caribeña.

Además, el preso político recalcó que «ninguna conversación puede estar por encima del interés mayor: lograr el cambio constitucional, por el que tanto hemos luchado y que no puede ser intercambiado por nada». «El pueblo quiere revocatorio en 2016», reiteró ante su interlocutor.