La celebración de dos elecciones generales en el país en el corto plazo de medio año (el 20 de diciembre y el 26 de junio), la falta de consenso entre los diferentes partidos políticos para conformar un Ejecutivo y la aparente buena marcha de la situación económica nacional -a pesar de todo lo anterior-, han restado interés al hecho de que en España existe un Gobierno en funciones desde el momento en que se convocaron los primero comicios, aún en 2015.

De hecho, esta situación apenas inquieta a los ciudadanos, a falta de menos de un mes para que haya una nueva cita en las urnas, como evidencia el último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), hecho público ayer. En este documento, el paro, con un 75,3 por ciento, y la corrupción, con un 46,7, siguen siendo los dos principales problemas de los españoles, mientras la ausencia de un Ejecutivo cae dos puntos, hasta el 5,2 por ciento, respecto al anterior estudio.

Y eso teniendo en cuenta que el trabajo de campo de la encuesta del CIS se realizó entre los pasados 1 y 10 de mayo, coincidiendo con la disolución de las Cortes y la convocatoria de nuevas elecciones para el próximo 26 de junio por el fracaso de la XI legislatura.

Después del desempleo, que a pesar de seguir en cabeza en la lista de inquietudes de la ciudadanía descendió tres puntos respecto al barómetro anterior, y la corrupción, que también bajó otro punto, en tercer lugar se situaron las cuestiones de índole económica -con 23,6 por ciento- y las políticas y los partidos, citadas como un problema por el 21,3 por ciento de los encuestados.

 

CUESTIONES SOCIALES. Frente a las anteriores preocupaciones, las cuestiones que más inquietan a los españoles son la sanidad, que repuntó hasta el 10,7 por ciento, seguidas de los asuntos de índole social -9,7-, la educación -9,1- y la falta de Gobierno, que aunque bajó 1,9 puntos, continúa entre los ocho primeros puestos de la encuesta del CIS.

Por contra, y a pesar de la acuciante crisis migratoria que desde hace meses golpea con fuerza a Europa, dejando tras de sí un balance de miles de muertos y desplazados en todos sus territorios, desde el anterior barómetro de abril, la preocupación por la inmigración perdió algo de fuelle, al pasar del 3,5 al 2,9. 

En una situación similar se encuentra la inquietud de la ciudadanía frente al terrorismo internacional, que se quedó en un 1,8 por ciento (frente al 3,9 del mes pasado), aunque el Ejecutivo en funciones ha alertado insistentemente sobre la necesidad de mantenerse alerta en este aspecto.

Tampoco la independencia de Cataluña está vista como un problema para los encuestados, al caer en sus respuestas del 0,8 al 0,6 por ciento.

Sin embargo, la escasa preocupación que genera a los españoles la falta de Ejecutivo no impide que sean pesimistas sobre la actual situación política nacional.

De este modo, el 82,3 por ciento -cuatro décimas más que en le barómetro de abril- calificaron el panorama político del país como «malo» o «muy malo», mientras que solo un 2 por ciento lo ve como «bueno o muy bueno» y un 13,7 como «regular».

No obstante, en el estudio mejoró algo la percepción y subieron los que creen que estará mejor dentro de un año, del 18,6 por ciento al 19,3.

De igual forma, bajaron seis décimas los que cree que estará peor, hasta el 19,4 por ciento, aunque siguen siendo mayoría los que consideran que la situación política estará igual dentro de un año, con un 32,6 por ciento.

En cuanto al panorama económico nacional, el CIS apenas reflejó variaciones sobre el mes anterior. Así, siguen siendo mayoría los que lo califican de «malo» o «muy malo», con un 68,1 -68,4 en abril- y pocos los que lo ven como «bueno» o «muy bueno», con un 2,9 -3,0 el mes pasado-.

Finalmente, y de cara al futuro, los españoles tampoco son mucho más optimistas, ya que solo un 17,3 por ciento cree que estará mejor en un año, frente a un 18,6 que considera que estará peor y un mayoritario 41,8 que anticipa que la situación económica estará igual el próximo 2017.