Romero Sequí enamora al Ateneo de Sevilla con su obra

Leo Cortijo
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El pintor conquense desembarca por primera vez en la capital hispalense para exponer con su particular estilo y en un «referente cultural» la idiosincrasia de una ciudad «muy especial»

Un invitado de excepción en un enclave de postín. El pintor conquense Pedro Romero Sequí expone hasta el próximo jueves en el Ateneo de Sevilla la muestra Sevilla en acrílico y a jierro. Una colección que supera las 40 obras dedicadas a la ciudad hispalense. A su paisaje urbano y a sus monumentos. «A sus casas y a sus cosas», comenta el artista, pero con un «imprescindible» guiño a la Semana Santa, a la que le dedica casi un tercio del material expuesto. La muestra se completa con algún retrato y otras obras «más genéricas» para hacer «más amena» la exposición o servir de excusa para encargos que el autor acepta siempre que se siente capaz de llevarlos a cabo.

Es la primera vez que el trazo tan particular, llamativo y especial de Romero Sequí conquista la capital sevillana. De hecho, explica, «es la exposición de mayor proyección exterior de cuantas he participado». Para él, es todo «un honor y un privilegio» mostrar sus trabajos en «un referente y una institución cultural» de tanta importancia. Sevilla en acrílico y a jierro ha caído realmente bien en el seno del Ateneo, y es que su estilo tan característico, basado en una pintura «rápida y espontánea» ha enamorado a propios y a extraños.

Para llevar a cabo esta muestra, Romero Sequí se ha «empapado» de las tradiciones, la cultura y los usos y costumbres de Sevilla. En definitiva, lo que muchos llaman la sevillanía. Ha recorrido de cabo a rabo la capital andaluza en diferentes viajes con el objetivo de captar su «verdadera esencia». Y eso es lo que ha tratado de trasladar a través del pincel en esta exposición en la que reconoce que ha trabajado y preparado a conciencia durante un año y medio. Eso sí, compaginándolo todo con otras muestras de menor envergadura.

Hay tres pinturas nazarenas que sobrecogen especialmente. El artista destaca las dos Esperanzas, la Macarena y la de Triana, y Jesús del Gran Poder. Obras que pellizcan a todo aquel que las contempla en un ciudad que no solo tiene un color especial. También tiene duende.