El Puente Genil alimenta las dudas de un Ciudad Encantada demasiado intermitente (24-28)

Héctor Madrigal
-

Las pérdidas de balón y la fragilidad defensiva condenaron al conjunto de Lidio Jiménez, que despide la pretemporada sin ninguna victoria • El desparpajo de Balaguer, con nueve goles, resultó insuficiente para frenar a los cordobeses

El central Bungué intenta conectar con 'Tibu' Valles. - Foto: Reyes Martí­nez

El Ciudad Encantada despidió la pretemporada con mal sabor de boca después de cosechar su quinta derrota veraniega ante el Puente Genil en El Sargal. Sin la solidez defensiva suficiente, los hombres de Lidio Jiménez prolongaron las dudas de su juego a menos de una semana del inicio de la Liga.
 
Los conquenses arrancaron con mucha fuerza. En la primera acción, el central Bungué demostró su calidad al batir a De Hita, que regresó a su antigua casa bajo los aplausos de El Sargal. Acto seguido, Oliva se lució en portería y conectó con Balaguer, letal a la contra.
 
Lejos de descomponerse, el conjunto cordobés dio un paso al frente. Primero, Chispi recortó diferencias y luego Nacho Moya rentabilizó una pérdida local (2-2).
 
Sin tregua, el extremo catalán se ganó la primera ovación tras firmar un espectacular gol por elevación. Los andaluces replicaron por medio de Baena, imparable en los seis metros, y Morales, quien adelantó por primera vez a los suyos (3-4).
 
En un duelo eléctrico, Renaud y Pérez-Ortiz tomaron las riendas para cambiar el decorado del envite (6-5). Sin embargo, la defensa del Ciudad Encantada concedió demasiadas facilidades a su oponente, bien sostenido por un inspirado Moya (6-7). La igualdad se apoderó de la contienda, en la que Balaguer se mostró imparable (8-7).
 
El Puente Genil volvió a levantarse cuando peor pintaban las cosas. Endureció su defensa y aprovechó los errores de los de Cuenca para tomar el mando y abrir una brecha de tres goles (8-11).
 
La reacción no llegó tras las instrucciones de Lidio Jiménez. Chispi aprovechó una polémica exclusión de Sergio López para hacer más sangre (10-14). Sin fortuna en ataque durante los tres últimos minutos del primer acto, los castellano-manchegos aguantaron el tipo al descanso (11-14).
 
Letargo. A la vuelta de vestuarios, el temporal se convirtió en tormenta. Curro y Cuenca catapultaron a los pontaneses a la contra (11-16). Un panorama que evidenció la principal debilidad del Ciudad Encantada: las pérdidas de balón.
 
El desacierto y el nerviosismo hizo mella en los conquenses, incapaces de despertar de su letargo (12-18) tras anotar un solo gol en los 10 primeros minutos del segundo periodo. Chispi fue una auténtica pesadilla y destrozó a un Oliva que careció de efectividad y dejó paso a Samu Ibáñez. Para colmo, Baena creó muchas dificultades a la defensa de los locales, encomendados al orgullo de Balaguer (15-20).
 
Sin embargo, la intensidad y el desparpajo del barcelonés resultó insuficiente frente a los de Córdoba. Sólo quedaba la épica. Y a ella se encomendó el Ciudad Encantada, que metió el miedo en el cuerpo al equipo negro (20-23) gracias a las paradas de Samu y a los tantos de Balaguer y Pérez-Ortiz.
 
A seis minutos del final, una pérdida de Leo, excluido en una acción con Chispi, y un penalti errado por Balaguer obligaron a los de Cuenca a una gesta (21-25) en 180 segundos. Afortunadamente, el Ciudad Encantada dispone de más tiempo para engrasar su maquinaria.