Máxima expectación a orillas del Ebro a su paso por Aragón. La dirección general de Protección Civil y Emergencias del Ministerio del Interior, de acuerdo a la información de la Confederación Hidrográfica del Ebro, mantiene la alerta por riesgo de desbordamiento del río Ebro como resultado del deshielo de la nieve acumulada. Aunque el máximo de la avenida a su paso por Zaragoza se registró a primeras horas de la pasada madrugada, las autoridades mantuvieron ayer los niveles de alerta en la capital aragonesa y en las localidades próximas.
De hecho, Protección Civil señaló que la situación de los ríos en la cuenca alta del Ebro tiende a estabilizarse ya que, según las previsiones meteorológicas no se esperan precipitaciones que pudieran generar repuntes de caudal.
La situación sobre el terreno fue de preocupación. Así, las localidades zaragozanas de Pina de Ebro y Gelsa estuvieron toda la jornada en alerta ante una posible evacuación, que al final no se realizó.
Por su parte, según las primeras estimaciones realizadas por la Unión de Agricultores y Ganaderos de Aragón y la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores, más de 20.000 hectáreas de cultivos podrían estar anegadas.
La riada también obligó a cortar la autopista aragonesa ARA-1, que quedó inutilizada, así como distintas vías de comunicación principales y secundarias.
Además, el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, visitó la zona y observó de primera mano desde el aire el desastre ocasionado por la riada del Ebro. Tras su recorrido afirmó que el «objetivo prioritario» del Gobierno es agilizar las ayudas a los damnificados.
Ayudas.
Por su parte, la ministra de Agricultura, Isabel García Tejerina, visitará hoy la zona afectada por las inundaciones. La política también señaló que este próximo viernes el Consejo de Ministros aprobará un Real Decreto para paliar la situación de los afectados.
El secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, José Luis Ayllón, confirmó que se está preparando esa norma «para hacer frente a los efectos que están teniendo las crecidas» e insistió en que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, sigue de cerca este desastre natural.
Por último, CaixaBank aprobó un plan de ayudas con financiación a particulares y empresas destinadas a apoyar a los riojanos que resultaron damnificados.