La nueva economía de la era digital

CARLOS CUESTA
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España cuenta con más de 3.280 'startups' que conforman un tejido industrial basado en la innovación y cuyo volumen de negocio superó los 42.300 millones de euros el año pasado

La Universidad Autónoma de Madrid aportó a Mario, Susana y Alberto los conocimientos que más tarde utilizarían para llevar a cabo una iniciativa que si bien en un principio no entendían como una empresa, sin embargo, una vez presentada en el mercado y analizar sus enormes posibilidades, no dudaron en desarrollarla para labrarse un futuro profesional. Su proyecto de fin de carrera consistió en un programa informático con aplicaciones en medicina para fabricar prótesis a medida mediante impresoras 3D. El éxito de su iniciativa fue tan importante que, en menos de un año, una empresa les compró el proyecto por más 10 millones de euros y hoy estos jóvenes dirigen su departamento de I+D+i, donde han desarrollado y patentado productos que mejoran la calidad de vida de miles de pacientes.

Algo muy similar les ocurrió a tres estudiantes de derecho burgaleses que, tras concluir sus estudios, crearon una aplicación informática donde recogían miles de sentencias judiciales que servían, previa inscripción, a miles de abogados en España. Al ver Aranzadi las posibilidades de negocio de esta iniciativa, les hizo una oferta y les compró la mayoría de sus acciones por una buena cantidad y, además, negociaron su incorporaron en la estructura directiva empresarial. 

A nivel internacional, la era digital ha dado origen a grandes compañías como Facebook, Google, Dropbox, Spotify, Amazon... etc, que son la cara de lo que ya se conoce como la nueva economía. En su nacimiento, pocas personas pudieron apreciar el carácter visionario de sus creadores y aunque estos grandes imperios empresariales de hoy en día son auténticos gigantes de facturación y crecimiento exponencial, en sus principios fueron proyectos conocidos como startups, muy humildes, que por el bajo coste de una idea ofrecían a sus inversores unas posibilidades de enriquecimiento muy suculentas. 

Hace tan solo nueve años, el teléfono móvil inteligente se imponía como una herramienta alternativa a funciones sin precedentes hasta entonces como, por ejemplo, presentar la tarjeta de embarque, pagar una compra, visionar en tiempo real la actividad de una empresa, hacer transferencias financieras, repostar combustible, o relacionarse de una forma abierta con millones de posibilidades. 

El mundo se encuentra en plena fase de cambio y, cada vez, es más rápido y afecta de forma más intensa a la forma de trabajar, de hacer compras y también, de vender cualquier tipo de producto. La innovación es puro cambio y, adaptarse a él con éxito, supone ser pionero y tratar de estar entre los mejores y saber aprovechar las oportunidades que ofrece la tecnología.

El consumidor está plenamente conectado a internet, demanda experiencias nuevas y utiliza aplicaciones para contrastar productos, precios o servicios de toda índole.

En este contexto, las startups son pequeñas firmas vinculadas a internet y a las tecnologías de la información que ofrecen un mercado escalable con unas enormes posibilidades de expansión y con unos costes iniciales muy asequibles a sus desarrolladores.

Los creadores españoles de startups como Idealista, Forocoches, Tiketea, Destinia, Tutellus, Wallapop, entre otras, coinciden en asegurar que lo primero que hace falta es una buena idea y un tecnología bien desarrollada. A partir de ahí, se plantean dos opciones a medio plazo que son, bien salir al exterior e intentar comprar a sus competidores para crecer, o terminar siendo comprados por otros más grandes, con mejores posibilidades de financiación. Es el caso de Tiketea, adquirida por su rival Eventbright o TiketBis comprada por Sturbhub o Gymflorless que acabó siendo absorbida por Sodexho.