El aceite es uno de los productos que más utilizan los conquenses y éstos cada vez son más conscientes de que son uno de los residuos más contaminantes del medio ambiente. Cada vez están más concienciados de que hay que reciclar y para eso no dudan en depositarlo en botellas en los contenedores que están instalados en distintas partes de la ciudad de Cuenca.
El Consorcio de Medio Ambiente de la Diputación provincial de Cuenca, en colaboración con la empresa Sercampo, puso en marcha en noviembre de 2010 la recogida de aceite vegetal usado. Al igual que el resto de residuos, también sufrió un descenso en la recogida que ronda el 4,7% ya que en 2014 se recogieron 14.768 kilogramos frente a los 15.505 del año 2013. En la capital hay en la actualidad un total de 17 contenedores pequeños de color naranja, que tienen una capacidad de 240 litros, mientras que en la provincia hay 173 de esa misma capacidad y otros 95 grandes con 380 litros.
El gerente de Sercampo, José Antonio Alonso, explicó que se está llegando al umbral estabilizado de reciclaje en Cuenca y eso «que se ha perdido población». Sin embargo, es consciente de que para crecer son necesarias muchas más campañas de sensibilización para aumentar el ratio de recogida porque «está claro que se puede incrementar».
Respecto a cada cuánto tiempo se recoge el contenido de los contenedores dijo que en la capital se lleva a cabo finalmente cada dos o tres semanas, pero «en la provincia depende de las rutas, aunque suele ser de unos dos meses como máximo».
impropios. En algunos casos los conquenses utilizan los contenedores de aceite vegetal para verter aceite mineral usado (aceite de los motores) y eso hace que destruya toda la cadena para reciclarlo. Como ocurre en el resto de contenedores que hay por la ciudad pues también es habitual encontrar dentro todo tipo de impropios como ropa, zapatos, plásticos, pero señala que eso es algo que se va corrigiendo poco a poco.
Para un mejor reciclaje del aceite es importante que se vierta al contenedor en una botella de plástico completamente cerrada y después el aceite se filtra, se decanta y se almacena en los correspondientes depósitos para posteriormente enviarlo a las plantas de fabricación de biodiesel.
Los bares de la ciudad generan grandes cantidades de aceite vegetal usado y Sercampo también se ocupa de retirarlo para luego poder reciclarlo porque así solucionan un problema al tener almacenado en grandes cantidades.
Reconoce, sobre todo, que poco a poco el ciudadano se va concienciando aunque todavía existen personas reticentes, bien sea «por desconocimiento del daño que puede causar o bien por falta de medios para reciclar cercanos a su vivienda».