La máquina del Ciudad Encantada carbura a la perfección y traslada señales muy positivas en el primer receso de la competición. Liberados de ansiedad y presión, los conquenses han encontrado su mejor balonmano, sostenido en la defensa, después de encajar sus piezas. 

 

El joven Dani Tolmos, de tan solo 21 años, muestra a la perfección la evolución de los guerreros de Lidio Jiménez. Sus cuatro goles ante el Juanfersa Gijón confirman su irrupción y polivalencia, ya que el zaragozano puede actuar de central, lateral y extremo. Una virtud que permite dar descanso a los grandes baluartes del equipo. «Necesitaba jugar más minutos para ganar confianza y quitarme los nervios iniciales. Estoy muy contento con mi rendimiento porque, poco a poco, juego más liberado y he adquirido más confianza. Lidio no para de animarme y me transmite seguridad», desvela el de Tarazona.

 

Más acoplado al grupo, el exjugador del Naturhouse avala el modelo del GlobalCaja: «Los primeros partidos resultaron duros y exigentes para la plantilla, que cuenta con mucha gente nueva y joven. Pero  nos pusimos las pilas en defensa y reaccionamos. Hemos reducido las pérdidas de balón, atacamos con más seguridad y aprovechamos más los contraataques».

 

Mantener la intensidad. Tolmos espera que el equipo aproveche estos días de descanso para «volver con fuerzas y mantener la misma intensidad» de las últimas jornadas. La primera prueba de fuego tendrá lugar el miércoles (20,30 horas) en Gijón, donde el Ciudad Encantada luchará por un puesto en los cuartos de final de la Copa del Rey. «Va a ser un encuentro muy distinto al que acogió El Sargal. El Juanfersa cuenta con un buen bloque y llegará descansado, a diferencia de lo que pasó en Liga», precisa.

 

Pese a que el torneo del KO no es una prioridad, los de Cuenca se dejarán la piel en la cancha: «Nos hace mucha ilusión superar la eliminatoria porque es una competición diferente y bonita. Queremos prolongar esta buena dinámica».