Ávila antepone la defensa de Cuenca a los intereses de Page y Sánchez

D. Guijarro
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El alcalde y candidato del PSOE por Cuenca recogió el guante lanzado por su secretario provincial, que le instaba a priorizar «siempre» las necesidades de la ciudad por encima de los del partido, «lo que no hacen en otros partidos»

Ávila presentó ayer sus cartas con las que espera disputar la ‘partida’ que se dilucidará el próximo 24 de mayo. En la puesta de largo de su nuevo equipo, el cabeza de lista les pidió que se remangaran para trabajar por ganarse la confianza.
Destacó de su nuevo equipo de campaña el compromiso y la fuerza que aportan al acercarse por primera vez a la primera línea de política aunque en su presentación destacó el trabajo que durante años han realizado en silencio. 
El candidato del PSOE a la Alcaldía de la capital, y que actualmente ostenta el cargo, Juan Ávila, presentó ayer unas listas cargadas de caras nuevas y con peso de los candidatos independientes en los que confía para la que espera sea su nueva etapa al frente del Consistorio capitalino bajo el lema ‘hacemos Cuenca’ para «apuntalar el actual proyecto».
El acto, que se celebró en un abarrotado salón del hotel NH, comenzó con la intervención del secretario provincial, José Luis Martínez Guijarro, quien quiso agradecer el trabajo realizado los últimos cuatro años por los actuales concejales en la que calificó «la legislatura más dura de toda la democracia». En ese momento sonó una de las mayores ovaciones de la tarde que hizo emocionarse a los concejales allí presentes como Consuelo García, Salvador Barambio, José Ignacio Nicolás y Ana de la Hoz, entre otros, que quisieron mostrar su apoyo al candidato a pesar de no repetir en las listas. 
A pocos metros les aplaudían los dos ediles que repiten, Enrique Hernández Valero y Nieves Mohorte, aunque destacó en el acto la ausencia de más miembros del equipo de Gobierno, como el primer teniente de alcalde, Darío Dolz.
Guijarro recordó lo que definió como «maltratos de Cospedal a la provincia y la ciudad» y por ello les agradeció al nuevo equipo su compromiso por «dar un paso adelante ahora que los políticos somos peor vistos que nunca».
El secretario provincial de los socialistas les indicó que deben marcarse como principal objetivo trabajar por mejorar Cuenca y para ello tienen que anteponer los intereses de la ciudad a los del propio partido, «cosa que no hacen en otros partidos», en alusión al PP aunque sin llegar a nombrarles.
 
Ávila recoge el guante. Cuando llegó el turno del candidato, Ávila no tardó en recoger el Guante lanzado por Martínez Guijarro al asegurar que no dudaría en recordarle sus palabras y se comprometió a defender Cuenca «por encima de Emiliano García-Page o el mismo Pedro Sánchez».
Entre sus primeras palabras también quiso recordar, uno a uno, a todos los concejales que trabajan a su lado y que han compartido una «legislatura dura». De ellos aseguró que «se podrán igualar pero no mejorar» al destacar su trabajo y entrega y aseguró que «no podía pedirles ya más».
Reconoció Ávila que se sentía más emocionado que hace cuatro años y al igual que lo hizo en aquella ocasión les pidió, a los que están llamados a ser sus nuevos compañeros, trabajo «pero no para ganar las elecciones sino para ganarnos la confianza de los ciudadanos». Para ello confía en mostrar abiertamente sus cartas presentando «propuestas claras y concretas» pero que están abiertas a las aportaciones de los ciudadanos.
En la presentación, el líder de los socialistas locales defendió la importancia de cada uno de  los que han dado un paso adelante para ponerse en primera línea aunque recordó que muchos de ellos llevan tiempo trabajando en silencio por el partido y por la ciudad. «Aunque somos conscientes de que no aspiramos a lograr 25 concejales en esta lista somos igual de importantes del primero al último», dijo Ávila.
Antes de su intervención tomó la palabra Juan Miguel Ortega,  profesor de Derecho Internacional en la UCLM, quien como amigo personal de Ávila no quiso perderse la oportunidad de participar en la presentación. Ortega aseguró que sentía responsabilidad por apoyar un proyecto en una circunstancias complicadas para la política, orgullo por ser de izquierdas y considerarse socialista y placer por «estar con unas personas que representan el cambio». A ellos les lanzó el mensaje de optimismo: «No son gigantes, son molinos».