La Policía enseña a los mayores como no ser víctimas de timos y estafas

Pedro Ig. Tauroni
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Para mostrar de una manera visual engaños típicos como el tocomocho o el timo de la estampita, se les solía poner antiguamente películas de Lina Morgan o Tony Leblanc.

Juan Checa, inspector jefe, dando una de las charlas a mayores - Foto: Policía

Entre las funciones de la Policía Nacional no sólo está la de evitar el delito, sino también prevenirlo. Para ello, se llevan a cabo campañas consistentes en charlas de prevención en donde se les enseña a los mayores, entre otros colectivos, tácticas  y técnicas que suelen usar los delincuentes para robarles.

El encargado de llevar a cabo esta función es Juan Checa, inspector jefe y delegado de participación ciudadana de la comisaría. Su función más importante es intentar acercar el Cuerpo a los colectivos ciudadanos de la ciudad.

Checa advierte que sus funciones son «muchas». Concreta que primero es conocer la percepción policial en la ciudad y, a partir de ahí, fomentar la colaboración con los ciudadanos, con el fin de que «ellos participen». Opina que es importante mantener una comunicación fluida e informar sobre los programas de atención a los ciudadanos para –observa- poder conocer de primera mano cuál es la situación en los barrios. También, dentro de sus funciones, está la de mantener contactos periódicos tanto con la Policía Local como con la Guardia Civil.

El inspector jefe opina que la característica más clara de los ciudadanos de Cuenca con respecto a la Policía es la «familiaridad». Reseña que es «muy fácil» acercarse a la gente y que los vecinos le llamen y le comenten lo que están viendo y viviendo en sus barrios.

Precisamente el Cuerpo Nacional de Policía, con el fin de acercarse a todos los estamentos sociales de la ciudad, se dedica a tener reuniones con asociaciones de vecinos, grupos de la tercera edad o a dar charlas en institutos para enseñar no sólo como evitar robos o estafas, sino también a concienciar a los jóvenes en el tema del acoso escolar.

Checa advierte que los delegados como él tienen cuatro ámbitos de acción. El primero es el de Participación Ciudadana propiamente dicho, mientras que los otros tres se desarrollan de forma independiente «unos de otros». Éstos son el plan Mayor de Seguridad, el plan Turismo Seguro y el plan director para la convivencia y mejora de la seguridad en los centros educativos y sus entornos.

El programa destinado a los mayores se centra en enseñarles cuales son las estratagemas que suelen utilizar los ladrones para robarles. Desde 2010 se dictó desde la de Secretaría de Estado de Seguridad una normativa para aprobar y desarrollar un plan destinado a los mayores. Checa advierte que «lo que se pretende es crear un plan destinado específicamente para ello». El pilar más importantes es prevenir las amenazas de las que pueden ser víctimas las personas mayores de 65 años. Así, lo que más se trabaja es la información, es decir, se muestra como reconocer un intento de engaño o estafa.

Advierte que la Policía ha hecho un estudio sobre las principales actividades delincuenciales que se ejercen sobre la tercera edad, por lo que una vez que se conocen, se continúa con la información a los principales afectados. Se suele ir a las residencias, centros de día o centros de jubilados para informales sobre los sitios en los que se han detectado un mayor número de robos, principales técnicas de los delincuentes o forma de actuar ante un intento de estafa.

Según Checa los lugares en donde la actividad contra la tercera edad es mayor son primero en sus casas, aunque también en la calle, sobre todo en los entornos de los bancos, cuando sacan dinero.

Cuando les van a robar, los delincuentes suelen usar la mancha, en donde alguien les rocía un líquido en la espalda y un secuaz les roba la cartera con el pretexto de limpiarles. Otra estratagema es la del desmayo. De igual manera que el anterior, tanto el desmayado como un segundo están compinchados. «Lo que quiere siempre el delincuente es confundir a la persona mayor», apostilla. Aparte, en los últimos años, internet ha subido posiciones en cuanto a forma de robo, por lo que se aconseja a los mayores cómo navegar por la red para evitar que sean víctimas de estafas o timos.

Los delitos que más se suelen cometer sobre este sector son los hurtos, robos en domicilios y estafas, también en los hogares. El inspector jefe destacó que, muchos delincuentes se hacen pasar por técnicos del luz, agua o gas y, bajo el pretexto de cambiar el contador o revisar la caldera o los tubos de las bombonas, cobran pequeñas cantidades.  Incluso a veces -advierte- se presentan para pagar una cantidad, con lo que piden el número de cuenta de su entidad bancaria para hacerles el ingreso del dinero.

 Checa advierte que existen estudios específicos que se cometen más sobre personas mayores debido a «la merma de sus condiciones psicofísicas». Los primeros son los maltratos, los segundos los hurtos y robos y por último las estafas o timos. Algo curioso es que delitos ya antiguos como el tocomocho o la estampita se siguen dando. «Aunque no muchos, sí se suelen dar algunos al año», apuntala. Es más, recuerda que en su momento se desarticuló una banda que se había especializado en timar a personas mayores, tras lo cual «descendió mucho el número de denuncias». De todas maneras, el inspector jefe se vanagloria de que «ahora mismo llevamos en Cuenca una racha muy buena», lo que ha significado que esté entre las ciudades  con menos delincuencia de España.

Lo curioso es que son un tipo de delitos se hicieron famosos en la España de los años 70 gracias a películas de Lina Morgan o Tony Leblanc en donde interpretaban a ladrones que los ejecutaban. Cuando se dan charlas en asilos o centros de jubilados se les ponen vídeos en donde pueden ver cómo se desarrollan ese tipo de timos. Antiguamente, dichos vídeos eran parte de estas películas, ya que las personas mayores las habían visto en su juventud y las recordaban. Hoy en día son filmaciones de la Dirección General de Policía o del Ministerio del Interior. Checa señala que cuando se dan estas charlas, los mayores son muy participativos, de tal manera que van comentando casos que les han ocurrido conforme se suceden las imágenes. Incluso, advierte que en los cuatro años que lleva con esta labor “los mayores han espabilado”.

Estos encuentros con la tercera edad no tienen una periodicidad fija, pero sí suelen hacerse varias al año. En invierno son más frecuentes, mientras que entre mayo y septiembre es el periodo más escaso de este tipo de actividades porque suelen irse a sus pueblos a pasar el verano. Eso sí, cuando llega alguien denunciando que ha sido víctima de un timo de la estampita o del tocomocho, es porque esa misma persona se ha intentado aprovechar de alguien con una deficiencia psíquica.

Acoso escolar. Juan Checa, inspector jefe y delegado de participación ciudadana dela comisaría provincial de Cuenca, advierte que otro tipo de charlas se dan en los centros educativos y están dirigidas a los jóvenes para prevenirles de temas como el acoso escolar, «cada vez menos el acoso escolar real y cada más el acoso cibernético»,  el riesgo que conlleva la mala utilización de internet y el consumo de drogas y alcohol o el menudeo de estupefacientes.  Sobre esto último advierte que hay chicos de 15 o 16 años que ya se dedican a vender pastillas o marihuana Recuerda una banda, en donde había dos menores, y que utilizaban la violencia para robar «móviles o mochilas».

Con respecto a el trato con los chavales se declara «muy contento» a la par que insiste en que lo se pretende es «abrirle los ojos y que tengan cuidado».

Aún así hace una distinción en cuanto a las edades de los alumnos. Afirma que los más pequeños suelen prestar más atención y «hacen muchas preguntas». Por el contrario, observa que los que ya se acercan a la mayoría de edad, suelen mostrar una actitud más displicente. Sin embargo, cree que cuando se toca el tema del acoso escolar, todos muestran un interés mayor. Incluso apostilla que en muchas ocasiones, una vez que se ha terminado la charla se le suelen acercar algunos jóvenes para indicarle de manera discreta que están siendo acosados. Ante esto, Checa les anima a denunciar el caso, aunque reconoce que en ninguna de las ocasiones, han visto a posteriori una denuncia policial. «No se atreven, tienen miedo», concluye.