Medio año después de que el exespía ruso Sergue Skripal y su hija Yulia fueran envenenados en la localidad inglesa de Salisbury, las autoridades del Reino Unido identificaron ayer a los presuntos responsables del ataque, a los que identificó como dos oficiales del servicio de Inteligencia militar de Rusia, el GRU.

La Policía británica y la Fiscalía cree que Alexander Petrov y Ruslan Boshirov son los supuestos autores de la intoxicación con Novichok, un agente nervioso de fabricación militar rusa.

Tanto Scotland Yard como la primera ministra, Theresa May, facilitaron detalles minuciosos sobre los movimientos de ambos tras su llegada al Reino Unido el pasado 2 de marzo -dos días antes de atacar a los Skripal en Salisbury- y su partida de regreso a Moscú la misma jornada del envenenamiento.

Los Skripal enfermaron después de tocar la manilla de la puerta principal de su domicilio, que había sido contaminada con el agente nervioso altamente nocivo. 

El policía británico Nick Bailey resultó también herido pero pronto consiguió recuperarse. El exespía y su hija permanecieron varias semanas hospitalizados y se temió por su vida, si bien ya están fuera de peligro y en un lugar protegido y secreto.

Un portavoz de la Policía aseguró que es posible que Petrov y Boshirov sean seudónimos y comunicó que se ha cursado contra ellos una orden de arresto europea, con fines de extradición al Reino Unido, en caso de que alguno de ellos viaje al Viejo Continente, ya que Rusia, en virtud de su Constitución, no entrega a sus ciudadanos.

El caso Skripal ha provocado una crisis en las relaciones anglo-rusas, después de que Londres expulsase hace unos meses, como represalia, a 23 diplomáticos rusos, medida que fue respondida por Moscú con la retirada de varios funcionarios británicos.