El Senado reprueba a Delgado

SPC
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La ministra de Justicia es reprendida gracias a los votos de PP y Cs y horas más tarde de que el socio del Ejecutivo, Pablo Iglesias, le exija que abandone la política por su relación con Villarejo

La presión sobre la titular de Justicia, Dolores Delgado, para que dimita por sus conversaciones con el excomisario Villarejo aumentaron ayer de forma exponencial. Así, se convirtió en la primera ministra del Gobierno de Pedro Sánchez en ser reprobada por el Senado con 149 sufragios a favor (PP y Cs), 82 en contra y siete abstenciones. A petición del Partido Popular, la Cámara Alta reprendió a la madrileña, quien tuvo que afrontar los gritos de «dimisión» de este grupo y otras formaciones al defenderse de las acusaciones que vertían sobre ella.

Muy posiblemente, lo sucedido en el Senado no haya hecho sonar las alarmas en La Moncloa, pero sí la exigencia del líder de Podemos y socio, Pablo Iglesias, que pidió que se aleje de la vida política. «Alguien que se reúne de manera afable con un personaje de la basura de las cloacas de Interior en nuestro país debe alejarse de la vida política porque hace daño a la mayoría parlamentaria que protagonizó la moción de censura», sostuvo en los pasillos del Congreso el dirigente morado, que en los últimos días se ha distanciado de su aliado, sobre todo tras recibir el pasado sábado el portazo de la ministra de Hacienda, María José Montero, a su pretensión de suprimir la deducción de los planes de pensiones en el IRPF. 

El Gobierno, en palabras de la vicepresidenta, Carmen Calvo, respaldó a su compañera. «Perfectamente se va a mantener», recalcó la andaluza, a la que Cs ha pedido que comparezca en el Congreso como ministra de Igualdad y se pronuncie sobre el extracto de la grabación en la que su compañera dice preferir tribunales de hombres, no de «tías».

Según los audios, difundidos por un diario digital, la madrileña calificó de «maricón» al entonces magistrado de la Audiencia Nacional y actual responsable del Interior, Fernando Grande-Marlaska.

La ministra, visiblemente enfadada, dijo ser víctima de «ataques execrables», al tiempo que añadió que no se ha difundido el audio entero de la comida, sino «trocitos solapados». «Las grabaciones se cortan, se pegan, se ponen y se quitan», advirtió antes de prometer que llegará «al fondo del asunto». Mientras, Marlaska quitó hierro al asunto:«Este es un Gobierno feminista, cohesionado y trabajamos mujeres y hombres estupendamente bien, como debe ser. Es que es, además, lo normal. A mí ya hablar de obviedades en una España del siglo XXI a veces me cuesta mucho».