Su obra llena de conceptualismos la sala Experimental de la Antonio Saura. Su trabajo se empeña en desenterrar el pensamiento del ser humano, ahondando en sus libertades, sus deseos... Jaime López Molina, manos y mentes de Condición Humana, redescubre el camino que le ha llevado a crear una particular visión de la pintura negra con influencias del diseño gráfico.

¿Cómo es la obra que expone ahora la Saura?

Es una serie de 23 obras en técnica mixta sobre papel. La temática gira en torno al ser humano, su alineación, las actitudes de la persona... Tiene una faceta muy dramática y existencialista. A mí gusto es un clasicismo muy particular, en el que he recibido influencia de diferentes artistas, tanto nacionales como internacionales. 

¿Cómo ha sido su evolución artística a lo largo de los años?

Recibo muchas influencias de mi trabajo de diseñador gráfico. A la hora de creación conjunto un poco los elementos realistas con otros más abstractos. Es una pintura negra, cogida del clasicismo español, influida por el trabajo. 

¿Hasta qué punto influye el diseño gráfico en su trabajo?

Sobre todo en la representación de elementos. Líneas muy limpias, contenido muy directo, que llame la atención... Este tipo de cosas que evocan lo abstracto y tienen elementos formales, en una conjunción formal.

¿Siempre ha compaginado su faceta artística con su trabajo en el campo del diseño gráfico? 

Mi modo de vida era el diseño gráfico, aunque ahora hasta eso flojea. Nunca he tenido la oportunidad de dedicarme a la faceta más artística. Es más complicado acceder y tener la posibilidad de vivir de eso. Lo he compaginado. Y ha sido un buen vehículo para redirigir mi faceta artística. Considero el diseño un recurso plástico.

Miguel López, director de la Casa Zavala, describe el espacio en el que expone como un lugar en el que el artista da rienda suelta a «sus locuras». ¿Ha seguido este consejo? ¿Es una obra creada para la ocasión?

La obra tiene experiencia expositiva aunque sea relativamente joven, tiene unos cinco años. Me gusta el concepto de esta sala. La obra encajó en la fundación, lleva estilos similares a la fundación, y está un poco vinculada a la línea que lleva Saura.

La sala tiene una distribución peculiar: la escalera, esa segunda planta, la gran pared...

La distribución le beneficia a mi trabajo. Es una sala que da juego, la parte de arriba es muy propicia para exponer. Incluso en este caso hay unas manchas de color negro a las que hemos sacado partido en el montaje.