Aquí, Pedro I el Cruel hizo historia y quiso honrar el lugar

Miguel Romero
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Todos los lugares del municipio tienen algo que decir: Fuentes Claras, Navalón, Sotoca, Valdecabrillas y Villar del Saz de Navalón

Aquí, Pedro I el Cruel hizo historia y quiso honrar el lugar - Foto: Reyes Martínez

¡Qué gozada llegar a Jábaga ahora¡ Este lugar, en poco tiempo, ha cambiado para bien. Calles asfaltadas, Ayuntamiento nuevo, plaza, casas remozadas, apartamentos de reciente construcción, niños por las calles, matrimonios jóvenes en las esquinas…. Dicen que no hay como recordar la historia para hacer presente. Jábaga no tiene demasiada, pero su proximidad a la ciudad de Cuenca le hizo pertenecer a su alfoz durante mucho tiempo. Sin embargo, curiosamente, aquí se empezó a fraguar la batalla de reconquista de la ciudad, una vez que las tropas castellanas y los freires de la Orden de Santiago, aquí aposentadas en su vega durante nueve meses, decidieron afrontar su entrada por aquella puerta de San Juan, de alegre recuerdo para los Anales de la Historia del cáliz y la estrella. Y es que este lugar, próximo a Cuenca, fue siempre paso obligado de caminos. Los romanos, cuya rica cultura estuvo siempre bien definida por la explotación económica, buscaron siempre en las minas su poder, estableciendo una red radial para comunicar lugares de fuerte peso económico y por aquí cruzaba, tal cual su puente romano lo atestigua, en ese deseo de comunicar Cueva del Hierro y Segóbriga, primera población de la zona. Luego, por este mismo trayecto, La Ruta de la Lana nos llevaba hasta la Alcarria para subir a ofrendar a Matamoros, tal cual se hacía desde tiempos remotos. Esa y otras razones, hicieron de este lugar dependencia de la propia Orden de Santiago y por aquí también se transportaban las primeras habas de cacao que desde Uclés iban al monasterio de Piedra. Ahora, pueblo bien cuidado, sigue manteniendo ese emblema en su parroquial dedicada a la Purificación, donde la huella del románico original se mantiene en sus esquineros con sillares al uso, tal vez aquel recuerdo de la espadaña que desde sus caseríos y despoblados de El Alto, los Arenales, Caserío Fuenterruz y Jabaguilla, se divisaba. Ya casi nadie tiene escrito que aquí hubo litigio histórico de renombre, cuando en 1355, las turbulencias creadas por el reinado de Pedro I el Cruel trajo desavenencias entre la madre del rey doña María y de doña Leonor, tía del monarca, para romper el idilio de éste con María de Padilla y a cambio lo hiciese con doña Blanca, su mujer. El rey, viendo el levantamiento contra él de algunas ciudades, entre ellas Cuenca, vino a la ciudad de las Hoces para castigarla por su acción y no pudiendo entrar en la misma por estar bien custodiada y defendida, quedó en Jábaga durante quince días mientras duró su asedio. Luego marchó a Toledo para después perdonar la acción de los valientes conquenses y a la casa de Albornoz, instigadora de ello. El 14 de septiembre con el Cristo y el 15 de octubre con Santa Teresa, los vecinos y forasteros comparten excelentes fiestas donde las vaquillas, la verbena y los oficios hacen de este lugar un referente a visitar. Pero ahora, es un municipio que engloba a otros: Fuentes Claras de Chillaron, Navalón, Sotoca, Valdecabrillas y Villar del Saz de Navalón. Todos tienen su historia, todos tienen sus patronazgos, sus parroquiales del XVI y sus tradiciones mantenidas. Navalón aparece como aldea en tiempos de repoblación cuando Alfonso VIII le da este lugar al obispo Yañez, ahí está esa tabla de la Virgen con el niño dormido o el retablo a pintar por el genovés Matarana. Destaca su parroquial en esa Muela o Calvario, mantiene su hermandad de la Vera Cruz, antigua y solemne y devociona a su Cristo de la Fe en el 15 de agosto como celebración festiva. Qué decir de Sotoca, con su iglesia y su ermita de San Roque o su puente romano. En este lugar se sigue celebrando en sus buenas cuevas de vino el llamado "ángelus", los sábados y domingos, sin olvidar la Candelaria como patrona del pueblo con sus dulces bendecidos, la Asunción, san Roque y ese Cristo de las Misericordias. Tal vez deberíamos remontarnos hasta esas fosas halladas en Villar del Saz de Navalón o en esta aldea, ya existente antes de que Alfonso VIII viniese por estas tierras. Y nos queda Fuentes Claras con su iglesia en estado ruinoso, dedicada a San Juan Bautista, el patrón del lugar al cual celebran, tanto en junio como en agosto, sin olvidarnos su Cristo de la Luz, al que bien veneran.