El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, no está dispuesto a que los miles de migrantes centroamericanos que avanzan hacia su país puedan entrar y conseguir un permiso de residencia. Así que, en vistas de que la caravana de personas, principalmente de nacionalidad hondureña, comienza a acercarse, ayer limitó las opciones para los demandantes de asilo en la frontera con México mediante una orden ejecutiva que impide que esta protección sea concedida a quienes entren de forma irregular.
«Acabo de firmar la proclamación sobre asilo. Muy importante. La gente puede venir, pero tienen que venir a través de los puertos de entrada autorizados», aseguró.
Trump prohibió durante al menos 90 días la entrada a EEUU a quienes cruzan ilegalmente la frontera sur, lo que implica la puesta en marcha de una nueva regulación del Gobierno que elimina la posibilidad de obtener asilo a quienes han incumplido un veto presidencial.
Bajo la modificación, realizada mediante proclamación presidencial, los migrantes que cruzan de forma irregular la frontera no podrán solicitar asilo en el país y solo podrán hacerlo quienes entren por puntos de acceso autorizados.
La orden establece que la limitación estará en vigor durante al menos 90 días, que podrán ser ampliados, o hasta que se firme un acuerdo con México que permita a EEUU deportar directamente a su vecino del sur a los inmigrantes de terceros países que cruzan ilegalmente; un pacto sobre el que, según Washington, las conversaciones ya se han iniciado.