La felicidad se ha instaurado en el seno del vestuario del Ciudad Encantada, capaz de levantarse en un momento crítico y encadenar tres victorias consecutivas que reflejan su brillante evolución.
El triunfo ante el Juanfersa Gijón no sólo prolonga las buenas sensaciones de juego, sino que permite adquirir más tranquilidad y confianza en la lucha por sellar la salvación. «Era cuestión de tiempo que el equipo comenzara a crecer. Necesitábamos una racha así para ganar seguridad y reforzar nuestro trabajo diario», explica Lidio Jiménez.
En esta línea, el entrenador conquense reconoce que la «seriedad defensiva» resultó vital frente a los asturianos, que acusaron el desgaste físico de la Copa del Rey: «Conseguimos ser más contundentes atrás y cometimos menos pérdidas de balón en la segunda parte. Además, llegamos más frescos a los últimos minutos».
Los 10 goles del extremo Balaguer catapultaron a los de Cuenca. «David es un jugadorazo, un superclase, como Renaud. Dio una auténtica lección de pundonor, se dejó el alma en la pista e hizo disfrutar a los aficionados», destaca.
Margen de progresión. Lejos de relajarse, el GlobalCaja sólo piensa en pulir sus defectos y explotar las virtudes que han hecho posible su despegue. «Hay jugadores que tienen que dar mucho más y ser importantes, como Nacho Moya y Dani Tolmos, que hizo un gran partido el viernes. Hay que ser ambiciosos y no conformarnos con lo que hemos logrado», remarca el técnico.
La plantilla disfrutara de 11 días de descanso hasta verse las caras de nuevo (5 de noviembre) con el Juanfersa Gijón en la pista rojilla. «Será un partido muy diferente. Ellos lo están pasando mal y necesitan ganar. Nuestro gran objetivo es la Liga y lograr la permanencia, pero iremos a ganar», argumenta.
El Ciudad Encantada espera que los centrales Sau Bungué y Dani Tolmos, que arrastran molestias en el tobillo, lleguen en las mejores condiciones tanto al duelo copero como al derbi regional frente al Guadalajara. Una batalla en la que el canterano Sergio López podría también reaparecer.
Más allá de los resultados, los guerreros de Lidio conocen bien cuál es el camino a seguir: «Los jugadores han sido capaces de aislarse de las críticas y creer en lo que hacían. No puedo reprocharles nada cuando lo dan todo».