«'Pepito' cambió la relación de la gente con los dinosaurios de Cuenca»

D. Guijarro
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Es poco frecuente encontrar un paleontólogo con vocación tardía, y que además defienda con tanta pasión su profesión. Francisco Ortega Coloma cumple esas condiciones y es uno de los mayores expertos en los yacimientos conquenses.

La profesión de paleontólogo suele ser un sueño de la infancia pero, es tal como se la imaginaba.
En mi caso soy un paleontólogo reconvertido. Yo estudié biología porque me gustaban los animales vivos y sobre todo las plantas pero la casualidad quiso que cuando estaba terminando la carrera me encontrara con un fósil de un cocodrilo del Duero y quedé fascinado hasta tal punto que no he dejado desde entonces la paleontología.
¿Qué es lo más sacrificado de su trabajo?
Cuando haces las cosas que te gusta no sé si el término sacrificado es el adecuado. Yo soy paleontólogo más horas al día de lo que es razonable. Es muy difícil conseguir recursos y mantener un nivel pues al no ser una disciplina de aplicación no podemos ir al mercado a vendernos. Nos tenemos que pasar la vida demostrando que lo que somos capaces de hacer lo hacemos bien y es de interés para la sociedad. Eso es lo malo en cuanto a que diriges gran parte de tu existencia a ello, pero al mismo tiempo también es lo bueno porque yo estoy fascinado.
¿En la aparición de un gran yacimiento, qué porcentaje hay de suerte y cuanto de trabajo?
En el primer cachito siempre o casi siempre participa la suerte. Nosotros no salimos al campo a ver dónde está ese primer fósil sino que evaluamos situaciones que otros se han encontrado que puede ir desde un paseo familiar a unas grandes obras del AVE que al hacer grandes cortes en el terreno se exponen cantidades de roca fresca y ver lo que la vegetación nos estaba escondiendo. Eso siempre tiene un alto grado de casualidad, a partir de ahí las casualidades son de otro tipo. Cuando comenzamos en un yacimiento ya sabemos que reúne condiciones pero cuando abres una cata no sabes si vas a encontrar un concavenator o huesos pequeños que no vas a poder relacionar. Uno no sabe nunca si el gran fósil que sirve para justificar toda una excavación no está 10 centímetros más allá de donde decidiste dejar de excavar y ahí no tenemos ningún control.
Usted es un gran conocedor de los dos grandes yacimientos conquenses, ¿cuáles son sus grandes descubrimientos?
Los dos yacimientos tienen singularidades que los hacen especiales como conjunto. Hay una categoría de los yacimientos que se catalogan como excepcionales y puede ser por su conservación o por acumulación. Las Hoyas entra dentro de una conservación excepcional, sus fósiles conservan de forma magnífica la estructura de los animales que los produjeron. Lo Hueco presenta una anormal cantidad de huesos acumulados probablemente por un acontecimiento catastrófico. Las Hoyas dentro de su categoría es casi único en Europa y uno de los pocos en el mundo. En el caso de Lo Hueco lo que tenemos es un registro muy disperso  y amplio que podemos utilizar para interpretar otros yacimientos europeos y darnos cuenta que algunas de las cosas que nos estábamos planteándonos estaban equivocadas. Los dos yacimientos funcionan como manuales que nos permiten interpretar el registro de los momentos equivalentes a ellos en el resto de Europa.
¿Se puede decir que es mejor uno que otro?
No, pero yo tampoco me atrevería a decir que son mejores que un tercero. En esos términos de cualificación habría que decidir de qué términos hablamos. Si lo hacemos de dinosaurios, Lo Hueco es mejor, si lo hacemos de relevancia internacional por el conocimiento que se tiene de las aves tempranas a partir de Las Hoyas es realmente impresionante. En él se trabaja desde hace 25 años y tiene un nivel de publicaciones en las revistas más prestigiosas que en estos momentos sólo lo tiene en España Atapuerca. Los dos son muy excepcionales y los dos tienen aspectos en los que le ganan al otro.
¿Llega la importancia de estos yacimientos al gran público o queda reservado para los expertos?
Creo que hay un problema para transmitir la información. Las Hoyas es un yacimiento magnífico desde hace 30 años y no ha conseguido calar en el gran público por el tipo de registro que tiene. Aunque tengamos las aves primitivas que nos permiten relacionar el origen de éstas con los dinosaurios al gran público un ave del tamaño del gorrión no termina de atraerle. Nos faltaba algo que proyectase socialmente y ese es concavenator, ese es Pepito. Y justo cuando estamos trabajando con Pepito comienzan las obras del AVE y nos encontramos con un yacimiento  de grandes dinosaurios. A partir de ahí la relación de la gente con los dinosaurios de Cuenca cambió. 
¿Por qué?
Porque por fin contábamos con dinosaurios que entran dentro del imaginario colectivo, como los que describe la literatura fantástica, saurópodos, grandes carnívoros. Desde entonces todo comenzó a tener más presencia social hasta desembocar en este tipo de iniciativas donde comienzan a tomar forma como la exposición de dinosaurios en Japón, que son todos de Cuenca, como el Museo de Peleontología o la Ruta de los Dinosaurios.
La importancia de Pepito es precisamente el cambio de mentalidad…
Creo que sí. Hay un elemento dinosauriano que los que trabajamos en divulgación lo conocemos bien que es que a la gente le gustan los dinosaurios pero tienen que cumplir una serie de requisitos como tener un aspecto similar al que tenemos en nuestro cerebro y Pepito cumple eso. Es un carnívoro y además extraño y es capaz de enganchar al público a una charla o a una exposición. Pepito fue ese enganche que puso ojos y cara a los dinosaurios de Cuenca.
 ¿En qué ha consistido su función en la Ruta de los Dinosaurios?
Diputación nos pidió desde el principio que le presentásemos una propuesta de cómo se podían utilizar conceptos que utilizábamos entorno a los dinosaurios para relacionar distintos puntos de la Serranía. Para nosotros fue muy evidente, teníamos estos dos yacimientos y una serie de puntos donde poder interpretar la geología que nosotros utilizamos para describir como eran esos paisajes hace millones de años. Lo que hemos hecho ha sido enriquecer el discurso de la empresa con más información que nosotros teníamos y el asesoramiento científico de todas estas rutas. Hemos aportado un poco de riqueza científica y paleontológica.
¿Dónde está más cómodo en el aula , en el yacimiento o en un acto institucional?
Son todos distintos. El momento personal en el que me siento mejor es al finalizar una jornada dura de excavación donde las cosas han ido bien, está comenzando a caer el sol, tienes que recoger y te paras para ver cómo ha ido todo. Es un momento en el que siempre me siento cómodo. Pero me encuentro bien en los actos académicos, entiendo que es parte de nuestra labor y no me genera problemas, me gusta contar a la gente que está dispuesta a escuchar lo que hacemos. Y en los actos institucionales suponen la última parte de un trabajo donde los proyectos se han hecho mayores y tenemos que dejarlos para que se encarguen de ellos la sociedad. También tienen su encanto. Pero si me tengo que quedar con uno es con la puesta de sol al final de la jornada de campo.
¿Qué importancia tiene esta ruta dentro de España, es original, es única, distinta….?
Como concepto de ruta no es única, existen en Teruel o La Rioja, lo que sí es único son la singularidad que aportan estos dos yacimientos y eso lo hace particular pero también un complemento a las otras si alguien quiere establecer una rivalidad.
¿Quizás la más conocida es Territorio Dinópolis en Teruel. ¿Puede la de Cuenca llegar a superarla?
Nosotros tenemos muy buena relación con la gente de ese proyecto y la consciencia de que estamos trabajando en lo mismo. Si pones las dos provincias en el mapa observas que ambas comparten las condiciones geológicas que provocan que estas zonas sean ricas en dinosaurios. Por ahora tenemos una ventaja excelente con la gente de Teruel que es que nuestros yacimientos se entrelazan con los suyos en cremallera en el tiempo. Lo adecuado es intentar entender que la riqueza paleontológica que se presume en Teruel es equivalente, aunque distinta, a la de Cuenca y que combinándola tienes un excelente registro y una impresionante historia que contar. Yo no me meteré en el charco de decir qué yacimientos son mejores pero los dos  de Cuenca no tienen equivalencia y sólo se pueden encontrar aquí.